En esta ocasión continuamos con las obras adaptadas al anime del mangaka Tsutomu Nihei, quien a mi parecer se sigue presentando como uno de los grandes autores de la ciencia ficción japonesa. Las historias de este autor no adentran en el espacio profundo, en mundos futuristas o en otros mundos con historias que si bien no siempre son obras maestras, sí consiguen mantener al lector y espectador en su asiento transportándolo a fascinantes mundos lejanos. Si bien la vez anterior ya comentábamos la serie Sidonia no Kishi, en esta ocasión toca el turno a otra de sus obras más interesantes: Blame! (2017).
En el vasto y a veces abrumador catálogo de Netflix se esconde una pequeña joya cinematográfica que merece la pena ser descubierta. La película que ahora comentamos está dirigida por Hiroyuki Seshita y nos transporta a un futuro tan desolador como fascinante. Así, para quienes sean fanáticos de la ciencia ficción, el cyberpunk y las atmósferas opresivas, esta película no se la pueden perder.
La trama se desarrolla en La Ciudad, una mega tumba inmensa de estructuras interconectadas que se expande sin fin en todas direcciones. Los pocos humanos que quedan viven en las sombras acosados por los Constructores, robots automatizados que, tras perder su propósito original, eliminan cualquier forma de vida que no tenga los "genes de conexión a la red". El protagonista, Killy, un enigmático viajero con una poderosa "Pistola de Emisores de Gravedad", busca incansablemente a un humano con esos genes, quien será la clave para detener la expansión de La Ciudad y salvar lo que queda de la humanidad.
Uno de los puntos fuertes de la película es su estilo visual. Como en todas las adaptaciones de la obra de Tsutomi Nihei, la animación 3D, con frecuencia controversial en el mundo del anime, funciona muy bien para transportarnos a ese mundo futurista y cerrado. Aunque pueda chocar al principio, la dirección artística logra capturar la estética lúgubre, industrial y cavernosa del manga original. Cada rincón de La Ciudad se siente vasto, peligroso y lleno de una belleza extraña. Las escenas de acción son fluidas y brutales, con Killy desatando el poder de su arma contra hordas de robots creando un gran espectáculo visual.
Blame! no es una película para todos. Su narrativa es minimalista y su diálogo muy breve por momentos. La historia también se cuenta a través de imágenes, el sonido y la atmósfera. Este enfoque, fiel al manga, sumerge al espectador en un mundo de desesperanza y supervivencia. La película genera una constante sensación de claustrofobia y opresión, con la música y el diseño de sonido trabajando en conjunto para crear una experiencia más que inmersiva.
Más allá de ser una buena adaptación, Blame! es una obra de ciencia ficción que destaca por su originalidad. No sigue las convenciones narrativas habituales, lo que la convierte en una propuesta refrescante. Para quienes disfruten el cyberpunk en obras como Akira o Ghost in the Shell, la estética y el tono de la película resultarán fascinantes. Es una cinta que busca hacernos pensar y nos dejará con ganas más el universo creado por Tsutomu Nihei.
Un breve apunte que es necesario hacer es que existe una adaptación previa en formato ONA con episodios muy breves y casi sin diálogo. Esta pequeña producción busca transportar al espectador al mundo propuesto por el mencionado mangaka. No obstante, la gran brevedad de esta serie hace imposible contar una historia coherente y solo se queda como una promoción para leer el manga.
En conclusión, si buscan una película de anime que los saque de lo convencional y les ofrezca una buena experiencia visual, esta cinta es para ustedes. Es una obra distópica fácil de encontrar en Netflix y que, pese a su corta duración, busca dejar una huella profunda y demuestra que el anime de ciencia ficción tiene aún mucho que ofrecer.






