En esta ocasión terminamos con la reseña del
último anime basada en la obra del mangaka Tsutomu Nihei, quien se ha
especializado en contar sofisticadas historias de ciencia ficción ubicadas en
mundos y futuros muy lejanos. Ya comentábamos en reseñas pasadas obras como
BLAME! y Sidonia No Kishi, por lo que en esta ocasión regresamos a los mundos alienígenas
lejanos de la mano del CGI de Polygon Pictures, aunque debemos decir que esta
última adaptación no consigue despegar del todo.
Ōyukiumi
no Kaina (Kaina of the Great Snow Sea) es una serie de anime sci-fi que destaca
por su spectacular diseño de otro mundo y una curiosa trama. La historia
arranca cuando Kaina, el joven del Velo Celestial, rescata a Ririha, la
princesa de Atland, quien ha ascendido en busca del Sabio del Velo para salvar
a su pueblo. El encuentro entre ambos personajes es el catalizador para una
aventura épica que los obliga a descender al Mar de Nieve.
El anime se desarrolla como un clásico viaje
de fantasía y ciencia ficción, donde la pareja protagonista debe navegar entre
conflictos políticos, descubrir la verdad detrás del Gran Mar Nevado y la
función real de unas gigantescas estructuras conocidas como los Árboles
Orbitales. La narrativa, apurada por momentos en sus 11 episodios, mantiene
buen ritmo, centrándose en temas de ecología, guerra y la esperanza de un mejor
futuro.
El mayor atractivo del anime es su escenario
alienígena. En aquel mundo lejano, todo ha sido casi completamente engullido por
el Gran Mar Nevado: una vasta extensión de nieve que hace que la superficie sea inhabitable. La poca civilización que hay todavía se aferra a la subsistencia.
Uno de los atractivos justo es el Velo Celestial, una membrana que conecta las
copas de los gigantescos Árboles Orbitales, donde vive el protagonista Kaina.
Su aldea, aislada y creyente de ser la última, subsiste cazando insectos
gigantes. Del mismo modo, el Mar de Nieve resulta curioso y atractivo ya que ocupa
toda la superficie de aquel mundo. Las naciones que habitan ahí, como Atland y
el belicoso imperio de Valghan, sobreviven en las raíces de estos mismos
árboles luchando por el escaso suministro de agua y recursos. El contraste
visual entre el blanco puro del Velo y la desesperación de la superficie, todo
ello enmarcado por la imponente presencia de los mencionados árboles, convierte
a esta producción en una atractiva fiesta visual a pesar de las habituales
críticas al CGI de Polygon Pictures.
Si bien todo parece atractivo, la historia
en general es irregular y no logra sostener del todo la trama propuesta. El
enfrentamiento entre dos territorios debería ofrecer numerosas escenas de acción
y tensión al espectador, pero esto no solo no se logra, sino que la historia
decae por completo. Si bien el anime termina de una manera regular, la historia
prosigue en una película en la que se resuelven todos los misterios de aquel
mundo alienígena de una forma, por desgracia, un tanto atropellada y sin mayor
emoción.
Para los fanáticos del trabajo de Tsutomu
Nihei, éstos reconocerán de inmediato la impronta del autor en el diseño de los
entornos, las tecnologías avanzadas y el sentimiento de inmensidad del
universo. Aunque la historia carece del tono de terror característico de otras
obras del autor, ésta mantiene una atmósfera un tanto sombría y misteriosa que
busca enganchar al espectador.
En definitiva, Ōyukiumi no Kaina es una
serie que vale la pena ver, especialmente para quienes disfruten de las
historias de aventura y drama con un fuerte componente de ciencia ficción y
mundos alienígenas. Si bien va decayendo y su película conclusiva no ayuda
mucho a elevar la trama, resulta interesante para explorar la mente y las
historias propuesta por Tsutomu Nihei.


