Continuamos con series de
anime épicas y de alta fantasía complejas que desafíen al espectador con
dilemas morales y ofrezcan un buen desarrollo de personajes. Para ello es
necesario (re)descubrir The Twelve
Kingdoms (también conocida como Juuni
Kokuki), una gran serie del anime de principios del milenio que está un
poco olvidada pero que vale mucho la pena. Para los fanáticos de un isekai mucho más adulto, esta serie es
para ustedes.
Lanzada entre 2002 y 2003, la serie que ahora
comentamos se basa en una aclamada serie de novelas de fantasía de Fuyumi Ono. A diferencia de muchas
producciones contemporáneas, esta historia no se apoya en trucos fáciles ni en
la gratificación instantánea. En su lugar, ofrece una narrativa profunda y
madura que explora temas como la responsabilidad, el liderazgo, la identidad y
el significado de la justicia.
La historia comienza con Yoko Nakajima, una estudiante de secundaria
que se siente alienada y fuera de lugar en su propia vida. De repente, un
misterioso hombre con cabello plateado llamado Keiki la arrastra a un mundo completamente diferente: los Doce Reinos. En esta línea, este no es
un isekai donde la protagonista se
convierte en una heroína todopoderosa de inmediato. Al contrario, Yoko se encuentra sola, asustada y
perseguida en un entorno hostil donde la magia y las criaturas míticas son
parte de la vida cotidiana.
Lo que sigue es un viaje de autodescubrimiento
brutalmente honesto. La protagonista debe aprender a sobrevivir, a confiar en
sí misma y a tomar decisiones difíciles que la forzarán a madurar a un ritmo
acelerado. La serie no se limita a su historia: también nos presenta a otros
personajes con sus propios arcos
narrativos complejos ofreciendo diversas perspectivas sobre la vida en los Doce Reinos y los desafíos de sus
propios roles.
En esta historia, el espectador debe
olvidarse de las tramas predecibles, dado que se encuentra frente a una
historia intrincada de política, mitología y desarrollo personal. Cada arco
narrativo se siente significativo y contribuye a la riqueza del universo
fantástico propuesto. Asimismo, la transformación de Yoko de una adolescente insegura a una líder fuerte y sabia es uno
de los puntos fuertes. No obstante, no es la única: personajes como Shoryu, Enki, y la propia Suzu
tienen sus propios viajes conmovedores.
El universo de los Doce Reinos es vasto y meticulosamente diseñado, con una mitología
única inspirada en la China milenaria, sistemas de gobierno fascinantes y
criaturas fantásticas dignas de interés. Por otra parte, se tocan temas maduros
como la tiranía, la corrupción, el deber, la lealtad y la búsqueda de un
propósito. Así, se trata de un anime que invita a la reflexión.
No podemos olvidar dos aspectos técnicos
cruciales: la animación y la banda sonora. Aunque la serie es de principios de
los 2000, la calidad de la animación es notable para la época, especialmente en
el diseño de personajes y las escenas de acción. Del mismo modo, la banda
sonora, compuesta por Kunihiko Ryo,
es simplemente espectacular y eleva cada momento dramático y épico.
Pero como siempre decimos en este blog, no
todo es miel sobre hojuelas. La historia nos ofrece diferentes arcos en donde
conocemos a toda clase de personajes que solo expanden el universo pero a su
vez ofrecen nuevos misterios. El gran problema de la serie es que es inconclusa
dado que el estudio suspendió su producción debido a problemas técnicos y de
audiencia. Así, la trama continúa luego con unas cuantas OVAs que no aportan
gran cosa y dejando al espectador con la alternativa de buscar las novelas
originales si es que sabe leer inglés o japonés.
En resumen, The Twelve Kingdoms no solo es una serie de anime, sino una
experiencia que busca marcar al espectador. Se trata de un testimonio de lo que
el género de la fantasía y el isekai
pueden lograr cuando se abordan con seriedad y creatividad. Este clásico
olvidado de los años 2000 vale la pena ser recuperado para disfrutar de su
historia.


