En las siguientes entregas
de este blog comentaremos las
adaptaciones al anime del mangaka Tsutomu Nihei, autor centrado
especialmente en la ciencia ficción y que le encanta hablar de grandes, muy
grandes estructuras en sus ficciones (por algo trabajó en el sector de la
construcción). Para quienes busquen opciones interesantes en este género con toques de originalidad, las obras de este
autor están hechas para ustedes. Por lo mismo, en esta ocasión olvidémonos de
los tropos comunes y preparémonos para un viaje espacial de lo más curioso: Sidonia no Kishi.
La historia nos lleva a un futuro lejano, más de 1000 años después de que la Tierra fuera destruida por una misteriosa especie
alienígena conocida como los Gauna.
La humanidad sobrevive a bordo de gigantescas naves espaciales construidas a
partir de fragmentos del planeta, como la Sidonia.
Aquí conocemos a Nagate Tanizake, un
joven y peculiar piloto de mechas que se
unirá a la lucha por la supervivencia de la especie humana.
Una de las características más notables de
la serie es su nada desagradable CGI. El estudio Polygon Pictures optó por un estilo 3D que, aunque al principio
puede parecer inusual, termina siendo su mayor fortaleza. Los movimientos son
fluidos y las peleas de mechas contra Gauna
son espectaculares. El estilo también ayuda a crear una atmósfera
claustrofóbica y oscura que busca sumergirnos en la historia.
Más allá de la acción y los efectos
visuales, Sidonia no Kishi es un
anime que nos invita a pensar. La serie explora temas como la supervivencia, la
moralidad, y lo que significa ser humano en un escenario al borde del colapso.
Los personajes son complejos y su universo está lleno de detalles que harán que
queramos conocer más del universo de Tsutomu
Nihei.
Para los amantes del sci-fi, los viajes
espaciales generacionales están a la orden del día. En la gigantesca estructura
espacial, los personajes buscan lidiar con sus conflictos personales mientras
que están atentos a nuevas batallas. En ese futuro, las personas son
fotosintéticas y prefieren ponerse extremidades robóticas antes que lidiar con
miembros biológicos débiles. En este ambiente lleno de ciudades inmensas, la
serie se siente realmente alienígena dada la naturaleza extraña y amorfa de los
enemigos Gauna. Para el caso de los
pilotos y sus mecha, la historia se aleja de clichés clásicos: los robots no
reaccionan al amor ni tienen vida propia, dado que todo depende únicamente de
la pericia de los pilotos.
Algo curioso es que la historia propone la
superioridad del ser humano frente a otras especies inteligentes, por lo que el
diálogo no es posible. En un momento determinado, se propone una comunicación
con los Gauna, más los directivos de
la nave Sidonia, siguiendo este
supuesto de superioridad, rechazan toda conversación. Así, este anime se
inspira en muchas ideas de la ciencia ficción militarista estadounidense y
apela a nociones tomadas directamente de autores como Robert A. Heinlein o Larry
Niven por mencionar solo unos cuantos escritores.
En
definitiva, estamos ante una historia de
ciencia ficción con toques de terror, batallas de mechas épicas y un universo
profundo. Si bien su carga ideológica resulta curiosa, en general la serie cumple su cometido como
buena ciencia ficción y como una joya oculta que vale la pena descubrir.

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