lunes, 16 de junio de 2025

The Beast Player Erin

 


Regresamos en esta ocasión a hacer honor al blog con un anime muy poco conocido pero que promete una buena experiencia y un buen entretenimiento. De la misma forma, en este blog hablábamos hace unas semanas de la escritora y etnóloga Nahoko Uehashi, escritora de fantasía y profesora de antropología que dota sus historias de un tono casi etnográfico. Con Moribito, El Guardián del Espíritu Sagrado, la adaptación al anime ofrecía una primera aproximación a esta gran obra mezclando fantasía, acción, batalla y política a un nivel sumamente satisfactorio; en cambio, para la serie que ahora nos ocupa, el drama y la fantasía son los puntos centrales a considerar.

   Erin The Beat Player (Kemono no Souja Erin, 2009) es una serie de 50 episodios que busca cautivar la imaginación del espectador, especialmente aquel que ya es maduro y disfrutó hace muchos años la famosa serie anime de Heidi. Basada en las novelas de la autora mencionada arriba, esta pequeña joya escondida del anime busca ofrecer una experiencia rica y profunda para el espectador.

   La historia sigue a Erin, una joven con un don excepcional y una conexión única con las criaturas fantásticas de su mundo, especialmente los Touda y los Ouju, bestias míticas que juegan un papel crucial en la política y la guerra de su reino. A lo largo de sus episodios, acompañamos a Erin en un viaje de crecimiento, descubrimiento y desafíos mientras navega por un mundo complejo donde la naturaleza, los conflictos político-militares y las creencias ancestrales chocan constantemente.

   Lo que hace que la serie de anime sea tan especial es su enfoque en la ecología, la ética y la coexistencia. No se trata de una serie de acción trepidante, sino una narrativa pausada que invita a la reflexión. Las animaciones, aunque no sean las más modernas, poseen un encanto propio y logran transmitir la belleza y la crudeza del mundo de Erin. La banda sonora es igualmente evocadora, sumergiéndonos por completo en la atmósfera de la serie.

   Al igual que con sus otras obras, Nahoko Uehashi nos envuelve en una visión casi antropológica de aquel mundo fantástico inmerso en conflictos bélicos, permitiéndonos conocer cómo es que los humanos crean sus propias costumbres en función de su relación con los animales fantásticos. De igual forma, conocemos a lo largo de la serie una escuela de crianza y herbolaria, misma que es descrita con calma y detalle en la serie.

   Si algo podemos criticar del anime que ahora comentamos es justo su larga duración. El alivio cómico y el relleno por momento desvían la atención de los temas centrales de la historia al grado de resultar innecesarios. Del mismo modo, la trama por momentos es un tanto tramposa al darle a Erin todo el mérito en la historia. Un ejemplo viene a discusión: en uno de los episodios hay una persona que ha sido envenenada y lo lógico es que se envía al profesor de venenos para desarrollar una cura, no obstante, la protagonista es enviada a buscar la cura siendo que aún es una estudiante que no está especializada en el asunto (todo por lucir en exceso a Erin en la serie).

   Fuera de estos pequeños problemas, la serie está diseñada para ser disfrutada por los fanáticos del anime que les apasione el desarrollo de personajes, las tramas bien elaboradas y un mundo de fantasía ligero y original. Así, su diseño busca hacernos sentir y pensar, buscando dejar huella en el espectador. Se trata de una joya oculta que no deberían perderse.

 




domingo, 8 de junio de 2025

Phoenix: Eden17

 


En los últimos años ocurre un fenómeno curioso con muchas películas de anime: éstas son cortadas de forma casi artificial para hacer creer al espectador que se trata de una miniserie de 4 o 5 episodios. Esto se nota al revisar los créditos, dado que muchas productoras justo señalan que originalmente el proyecto consistía en una película ya sea para cine o televisión. Es posible que el público prefiera series de anime a películas, de ahí los recortes. Y para el caso que nos ocupa, la película (recortada a miniserie de 4 episodios) que ahora comentamos sufre la misma intervención.

   Para todos los fanáticos de la ciencia ficción y las historias con un corazón filosófico, Phoenix: Edén 17 es una pequeña joyita que nadie se puede perder. Basada en el inconcluso manga Phoenix de Osamu Tezuka, esta adaptación producida y distribuida por Disney+ nos sumerge en un futuro distante donde la humanidad busca un nuevo hogar entre las estrellas. Lo que viene a continuación es una aventura épica por el espacio y el tiempo que busca reflexionar sobre la vida, la muerte y el verdadero significado de la existencia.

   La serie nos lleva al año 2420. La Tierra es casi inhabitable y los humanos, o lo que queda de ellos, viven en naves generacionales y buscan un nuevo planeta para colonizar. En este contexto, la trama sigue a George y Romy, dos colonos que se asientan en el planeta Edén 17. Sin embargo, lo que encuentran allí es mucho más complejo de lo que esperaban. A lo largo de la película (miniserie), el espectador es testigo de la lucha por la supervivencia, el paso de las generaciones, la evolución de la vida y las preguntas eternas sobre la moralidad y el destino.

   Uno de los puntos más interesantes del anime son sus personajes. Desde la valiente Romy que debe criar a su hijo sola junto a un robot de servicio, hasta la nueva civilización que se desarrollará en Edén 17: cada figura está construida con profundidad y propósito. Sus interacciones y conflictos impulsan la historia, explorando otros temas como la soledad, el amor, la traición y la esperanza en medio de la adversidad. Así, la película nos invita a empatizar con sus luchas y comprender sus motivaciones, haciendo que cada descubrimiento en el planeta se sienta personal.

   Desde el punto de vista visual, la serie es un festín para los ojos. La animación es fluida y detallada, creando paisajes espaciales y entornos alienígenas sumamente hipnóticos. Los diseños de personajes, aunque fieles al estilo de Tezuka, se sienten frescos y modernos. La banda sonora complementa perfectamente la atmósfera de la serie, alternando melodías evocadoras que transmiten la inmensidad del espacio y piezas más íntimas que subrayan los momentos emocionales. La combinación de estos elementos visuales y auditivos sumerge por completo al espectador en este universo futurista.

   Pese a ser una historia de ciencia ficción potente y melancólica, quizás uno de sus principales problemas es el guión y los giros de trama. A lo largo de su historia, el anime va abriendo nuevas rutas narrativas que simplemente se mencionan de pasada y después se olvidan, dejando todo el asunto sin mayor desarrollo. Incluso muchas de éstas no aportan absolutamente nada a la trama y son prescindibles. De la misma forma, la llegada a la Tierra y la aventura que ahí se produce resulta desangelada y poco desarrollada, con un final nada trabajado que echa a perder casi dos horas de película.

   En definitiva, el espectador está ante una miniserie (película) que cautiva por su narrativa, sus personajes y los temas que discute. Si bien es una adaptación que busca honrar el legado de Osamu Tezuka llevándolo a nuevas alturas con una producción de alta calidad, el guión se va desinflando conforme nos acercamos al final de la historia. No obstante, se trata de una producción que no solo busca entretener, sino que también invita a pensar: visualmente hablando, estamos ante una gran experiencia inmersiva que nos recordará que el anime es un medio muy poderoso para contar historias.


lunes, 2 de junio de 2025

Ishura

 


Como siempre sucede en el vasto  universo del anime, donde cada temporada trae consigo una oleada de nuevas historias y mundos por explorar, pocas series logran destacar con audacia y originalidad. Experimentar puede ser muy riesgoso, dado que el producto final puede ser una obra maestra o un desastre. Pero para la serie que ahora comentamos, los puntos medios en dicha experimentación puede resultar curiosos: Ishura se presenta como un shonen de peleas pero con un gran enfoque en la fantasía oscura, las batallas épicas y los personajes enigmáticos, por lo que quienes amen estos elementos tendrán una serie digna de ser disfrutada.

   Este anime nos sumerge en un mundo de alta fantasía donde el Rey demonio, el enemigo de los seres que allí habitan, ha sido derrotado, por lo que se ha dejado un vacío de poder que atrae a los seres más extraordinarios y peligrosos. La premisa es tan simple como enigmática: múltiples individuos con habilidades legendarias, los Shuras, competirán por el título del Verdadero Héroe. Lo que distingue a Ishura de otras series es su enorme enfoque coral: en lugar de seguir a un único protagonista, la narrativa salta entre las perspectivas de estos campeones, revelando sus motivaciones, tragedias y el alcance de sus poderes.

   Uno de los puntos fuertes de la serie es justo su construcción de decenas de personajes. Desde el espadachín de un solo ojo que puede matar instantáneamente hasta la guerrera alada con una sed insaciable de batalla, cada shura es un universo en sí mismo. Sus diseños son muy impactantes y sus personalidades, aunque a menudo retorcidas, son innegablemente cautivadoras. Para el espectador que le dé una oportunidad, será difícil escoger un personaje favorito dados sus complejos arcos de desarrollo y son ambigüedad moral.

   Aunque no todo es miel sobre hojuelas. Si bien la construcción del universo de la serie es lo más logrado al mostrar toda clase de guerreros y criaturas, la presentación de personajes puede ser excesiva y saturar a los espectadores. La gran batalla épica, una batalla estilo battle royale muy esperada, misma que se viene prometiendo desde los primeros episodios, se retrasa en demasía. Así, la serie, aún incompleta y sin señales del estreno de su tercera temporada, no para de presentar personajes mientras que su confrontación más esperada sigue sin aparecer.

   Por otra parte, visualmente, Ishura es un deleite. La animación es fluida, especialmente en las secuencias de combate, mismas  que son intensas, brutales y viscerales, dignas del género de fantasía oscura y el gore. Los diseños de los monstruos y el entorno, aunque sombríos, están llenos de detalles que enriquecen la inmersión en este mundo desolado. Asimismo, la banda sonora complementa a la perfección la atmósfera, con piezas épicas que elevan los momentos de acción y melodías sombrías que profundizan en el misterio.

   Si bien la multiplicidad de personajes puede parecer abrumadora al principio, este es precisamente su experimento y su riesgo. Del mismo modo, cada episodio teje una red compleja de alianzas y rivalidades, manteniendo un ritmo ágil que mantiene la atención del espectador. Así, es una serie que desafía la atención e invita a conectar puntos y especular sobre el verdadero propósito de cada personaje.

   En resumen, si bien Ishura está aún incompleta y puede ser excesiva en su presentación de personajes, no es solo una serie de acción más: busca ser una exploración profunda de la naturaleza del heroísmo, la ambición y la supervivencia en un mundo sin reglas. Para quienes buscan una experiencia anime que los mantenga al borde del asiento, se trata de una serie con una narrativa atrevida y una estética visual impresionante. Es uno de esos animes que buscan perdurar en la memoria del espectador.


lunes, 26 de mayo de 2025

Moribito, guardián del Espíritu Sagrado

 











Resulta interesante que el anime nos permite explorar la obra de una autora para describir sus ideas y propuestas narrativas. Para esta entrada, me gustaría rescatar la figura de la escritora japonesa Nahoko Uehashi, etnóloga de formación, académica y escritora de libros de fantasía. Una de sus series más interesantes es la de los Guardianes, misma que consta de más de 10 libros y que incluye novelas y colecciones de relatos ubicados en el mismo universo. Así, esta serie ha tenido su adaptación en varias temporadas live action cuyo estreno ocurrió la década anterior. Para el caso que nos ocupa, comentaremos la primera adaptación al anime.

   En primera instancia, si el lector busca un buen anime de fantasía que lo sumerja en un mundo rico y bien construido, lejos de los clichés habituales, entonces está en el lugar indicado. Moribito: Guardián del Espíritu Sagrado (Seirei no Moribito), se presenta como una serie de 2007 que, a pesar de sus años, sigue siendo tan relevante y cautivadora como el día de su estreno, dado que se trata de una historia de aventuras y personajes bien desarrollados.

   Moribito nos presenta a Balsa, una formidable guardaespaldas de lanza errante, una mujer fuerte e independiente que vive bajo el juramento de salvar ocho vidas en penitencia por las ocho que le fueron arrebatadas. De pronto, su camino se cruza con el del príncipe Chagum, a quien la emperatriz pide proteger. El joven príncipe es portador de un espíritu acuático milenario, y su propia familia real lo ha marcado para la muerte creyéndolo poseído por un demonio.

   Lo que sigue a continuación es una increíble odisea de supervivencia, amistad y descubrimiento. La trama se desarrolla con un ritmo pausado pero constante, permitiendo al espectador saborear cada momento y sumergirse por completo en las culturas y los paisajes que Balsa y Chagum atraviesan. No hay villanos unidimensionales aquí; las motivaciones de cada personaje son complejas y creíbles, lo que eleva la narrativa a un nivel superior.

   Uno de los puntos más fuertes de Moribito es, sin lugar a dudas, su protagonista Balsa. Lejos de ser la típica heroína femenina idealizada, resulta ser una mujer adulta, experimentada, pragmática y sumamente capaz. Sus habilidades de combate son impresionantes, pero lo que realmente la define es su estoicismo, su compasión y su inquebrantable sentido del deber. Es un personaje al que es fácil admirar y con el que se puede empatizar profundamente. Para quienes sean amantes de la fantasía épica, Balsa es un soplo de aire fresco y un modelo a seguir.

   El desarrollo de la relación entre la protagonista y Chagum es el corazón de la serie. Ver cómo este niño, mismo que creció en un ambiente real opresivo, florece bajo la protección y el cuidado de Balsa, es uno de los mayores placeres de la serie. Otro punto, también de gran interés, nos lleva a la resolución de conflictos. Mientras que el espectador puede disfrutar muchas escenas de acción y artes marciales, en otras se plantea que el diálogo puede ser poderoso para calmar los ánimos y establecer nuevas alianzas. 

   Producida por Production I. G., la calidad visual de Moribito es excepcional para la época e incluso para los estándares actuales. Los escenarios son increíblemente detallados y transmiten una sensación de inmensidad y realismo. Las secuencias de acción son fluidas y dinámicas, coreografiadas de manera magistral, resaltando la habilidad de Balsa con la lanza sin caer en extravagancias.  

   El diseño de personajes, aunque no es el más estilizado y al que muchos están acostumbrados en el anime moderno, es realista y se ajusta perfectamente al tono de la historia. Cada detalle contribuye a la inmersión en este mundo de fantasía inspirado en culturas de Asia oriental.

   Un aspecto interesante es que la dirección viene de la mano de Kenji Kamiyama, exitoso director contemporáneo que en ese entonces venía de dirigir las dos temporadas de la serie Ghost in the Shell. Su respeto por la obra original a la par del tono casi antropológico con el que se maneja la historia, el contexto cultural y los personajes permite disfrutar de una gran trama dado que los libros de la saga aún no están traducidos al español (aunque los dos primeros lo están al inglés). La riqueza y costumbres del mundo fantástico son delineadas con gran detalle, permitiendo que el espectador conecte con dicho universo.

   En definitiva, Moribito es mucho más que un simple anime de fantasía. Es una obra que explora temas como la maternidad, el sacrificio, el deber y la búsqueda de la identidad. Si aún no la han visto, les recomiendo encarecidamente que le den una oportunidad. Es una serie de anime que perdurará en la memoria del espectador mucho después de haber visto el último episodio.

 



miércoles, 21 de mayo de 2025

Kokkoku

 


Continuamos con las recomendaciones de animes desconocidos en este blog, series infravaloradas dado que se estrenaron en el momento equivocado pero que fueron después rescatadas del olvido. Así, se trata de historias curiosas e interesantes que se alejan de los clichés generales del temáticas como el shonen de peleas y que ofrecen un entretenimiento satisfactorio si se les da una oportunidad. En esta ocasión, comentamos la serie Tokkoku (2018), una historia que pasó casi desapercibida pero que ofrece una trama singular.

   ¿Alguna vez nos hemos preguntado que pasaría si el tiempo se detuviera para todos… menos para nosotros? Esta es la premisa inicial de esta serie producida por Geno Studio, mismo que nos lanza de cabeza y nos ofrece una experiencia tan única como desconcertante. Como ya se mencionó arriba, si el espectador busca algo más allá de lo convencional, he aquí la sorpresa: debemos sumergirnos en el Stasis, un mundo donde cada segundo cuenta y la supervivencia pende de un hilo.

   La historia sigue a la familia Yukawa, quienes se ven envueltos en un secuestro que podría terminar en tragedia. Pero justo cuando todo parece perdido, el abuelo de Juri (nuestra protagonista) revela un secreto ancestral: la habilidad de entrar al Stasis, un lugar donde el tiempo se detiene por completo. Lo que comienza como un intento desesperado por rescatar a sus seres queridos, pronto se convierte en una lucha por entender y controlar este misterioso poder, mientras una organización oculta, los Heraldos, también persigue los secretos del Stasis.

   La serie brilla por su originalidad. La forma en que explora el concepto de tiempo detenido es fascinante, presentando reglas y criaturas que se sienten frescas y a la vez aterradoras. Visualmente, el anime tiene un estilo distintivo, con personajes que, si bien no son los más atractivos para todos, si encajan con la atmósfera peculiar del anime. La tensión se mantiene a lo largo de 12 episodios más que suficientes, todo ello con giros que nos mantendrán pegados a la pantalla.

   Sin embargo, la complejidad de la trama y la rapidez con la que se introducen nuevos elementos puede ser un arma de doble filo. A veces, la narrativa se siente quizás algo apresurada de acuerdo con algunas opiniones encontradas en la red, dejando algunos cabos sueltos o explicaciones que requieren un poco más de atención para ser digeridas. Pero, sinceramente, esa es parte de su encanto: se trata de una historia que reta al espectador.

   Uno de los aspectos más interesantes es justo el tiempo detenido. Cuando todo el conflicto se da en un atardecer, toda la serie transcurre en ese periodo con luz solar todavía en auge y numerosas sombras dada la inclinación del sol, todo ello ofreciendo un ambiente luminoso por momentos opresivo y hasta aterrador. Así, el anime provoca curiosas reacciones en el espectador, mismo que empieza a comentar lo extraño que es nunca ver la noche y que todos los conflictos ocurran en un ambiente de atardecer. De la misma forma, la simple idea de quedar atrapado en aquel mundo donde todo es estático y nunca anochece puede resultar de pesadilla para cualquier ser humano. Y peor aún: el hecho de observar a miles de personas estáticas en una ciudad que no oscurece y descubrir que uno estaría totalmente solo puede convertirse en una garantía para caer en la locura.

   En definitiva, si el espectador y lector es fan de los animes que hacen pensar, que exploran conceptos sobrenaturales y, asimismo, no temen disfrutar de historias un tanto extrañas, Kokkoku es una parada obligatoria. No es una serie para todos, especialmente para quienes buscan acción pura y sin complicaciones. En cambio, si al espectador le atraen los misterios, el suspenso y las historias con toques fantásticos y atmósferas inquietantes, definitivamente le debería dar una oportunidad. Se trata de una serie sin igual.

   


jueves, 8 de mayo de 2025

Devil May Cry (2007)

 


Quien escribe estas líneas no ha jugado el videojuego del mismo nombre que inspira esta serie de anime. No obstante, el tono adulto, oscuro y de acción atrae poderosamente al fanático joven y no tan joven al grado que esta serie merece una pequeña oportunidad pese a estar casi olvidada. Y antes de sentarme a disfrutar de la nueva serie de animación que viene directo de la plataforma Netflix, un buen vistazo a esta obra se presenta como un pequeño aperitivo para los grandes seguidores de los videojuegos originales. Pero entremos de lleno en esta serie y discutamos si vale realmente vale la pena.

   Lo primero que viene la mente es que se trata de una serie corta y episódica que puede ser del gusto de aquellos espectadores que vibran con la acción desenfrenada y el estilo gótico de la saga de videojuegos. De seguro ellos ya estarán al tanto y disfruten ahora de la reciente adaptación. Pero, ¿Qué pasa con la serie de anime de 2007? ¿Se trata de una joya olvidada o una mera introducción antes del plato principal?

   Producida por el renombrado estudio Madhouse, conocido por su impecable animación y adaptaciones fieles, la serie de Devil May Cry (2007) nos presenta una visión episódica de la vida de Dante, un legendario cazador de demonios mitad humano, mitad demonio. A lo largo de sus doce episodios, somos testigos de sus variopintas misiones, enfrentándose a hordas de criaturas infernales mientras mantiene su peculiar sentido del humor y su inconfundible estilo despreocupado.

   Quienes han jugado los videojuegos señalan que la serie captura la esencia de éstos, desde la estética gótica y la acción estilizada hasta la personalidad sarcástica y confiada de Dante. Así, los fans de la franquicia se sentirán como en casa. De la misma forma, siendo Madhouse el estudio detrás de la serie, la animación es fluida y detallada, especialmente en las secuencias de combate. Los diseños de los demonios y los efectos visuales son notables para su época.

   Además de Dante, la serie introduce personajes originales interesantes y recupera caras conocidas como Lady y Trish, aunque con roles quizás menos protagónicos que en los juegos. Por otra parte, la ambientación es consistentemente oscura y misteriosa, creando una atmósfera que complemente perfectamente el universo de Devil May Cry.

   Pero no todos es miel sobre hojuelas. Si bien cada episodio presenta una historia auto conclusiva, la falta de un arco argumental principal y evidente puede hacer que la serie se sienta un poco dispersa y menos inmersiva para algunos espectadores. En esta línea, el desarrollo de los personajes secundarios es escaso, lo que puede ahuyentar a más de un espectador. Y quizás uno de sus puntos menos interesantes es que algunos episodios pueden sentirse más lentos en comparación con la acción frenética que caracteriza a los videojuegos.

  En lo particular, el tono de la serie recuerda e incluso intenta emular a otras series  clásicas como Trigun o Hellsing: justo en éstas historias se presentan peleadores altos, elegantes y por momentos soberbios que a punta de pistola se enfrentan contra demonios, zombies o rufianes del viejo oeste. El estilo de las animaciones y las escenas de peleas son similares, mientras que el estilo episódico reluce frente al espectador y le señala que esto ya se ha visto antes.

   ¿Es necesario ver esta serie de anime antes de disfrutar de la nueva serie de Netflix? Para nada, dado que son productos y estilos completamente distintos. La nueva serie animada tiene su propio estilo y animación, con un alto grado de escenas de acción que dejarán satisfechos a todos los espectadores. Sin embargo, ver la serie que ahora comentamos puede proporcionar una comprensión más profunda del universo de Devil My Cry en caso de que el lector no haya jugado a los videojuegos. Asimismo, proporciona detalles extra  sobre la personalidad de Dante, la dinámica entre los cazadores de demonios y las fuerzas del infierno. Es una manera excelente de sumergirse en el lore y apreciar las diferentes interpretaciones de la franquicia.

   En resumen, la serie de anime de 2007 es una adaptación entretenida y visualmente atractiva que captura la esencia de los videojuegos. Si bien su estructura episódica puede no ser para todos, los fans de la saga apreciarán la fidelidad al material original y la calidad de la animación. Como fans del anime y los juegos de video, se recomienda darle una oportunidad si se quiere expandir el conocimiento del universo de la serie antes de visualizar y disfrutar de la serie animada de 2025, o simplemente para disfrutar de un anime de acción con toques sobrenaturales.

 

 


martes, 29 de abril de 2025

Otogi Zoshi

 


Hacía mucho que no me encontraba con una serie tan extraña, tan olvidada y que produjera sentimientos encontrados. Como una producción de la que casi nadie se acuerda por completo, su estilo es una muestra de cómo no deben escribirse ciertas historias y aún más: cómo no deben ser adaptados ciertos mangas a la pantalla chica. En este sentido, el presupuesto podría ir hacia mejores obras que aún no han tenido la oportunidad de salir al aire. Pero antes de seguir destripando la calidad de esta historia, lo ideal es entender por qué no funciona del todo.

   Otogi Zoshi juega de una manera un tanto extraña con dos arcos: uno ubicado en el Japón feudal y otro en nuestro presente (en este caso, a principios de los años 2000). La historia inicia transportándonos al periodo Heian, una era envuelta en misterio, leyendas y conflictos armados. Al inicio conocemos a Hikaru, una joven enviada por el Emperador para encontrar el legendario Kotokura, un objeto con el poder de restaurar la vitalidad de la capital nipona, misma que sufre en su conjunto de condiciones de pobreza y hambruna. A lo largo de su viaje, la protagonista se encuentra con una variedad de personajes, tanto humanos como sobrenaturales, y se ve envuelta en intrigas políticas y batallas épicas.

   Pero Hikaru no estará sola. En su camino la acompañarán Tsuna, un leal y poderoso guerrero samurái de gran fuerza y habilidad marcial. Raiko, el hermano mayor de la protagonista, se encuentra muy enfermo y trata de sobrevivir hasta que su hermana regrese. Junto con otros amigos que conocerá en su aventura,  la protagonista deberá enfrentarse a bandidos, señores feudales y otros personajes con sus propios intereses.

   El primer arco justo juega con el género de aventuras. Hikaru y sus amigos deberán recopilar diferentes fragmentos mágicos para así armar el Kotokura, salvar a su país y restablecer el orden. El pesimismo en la historia y las pocas concesiones al espectador ofrecen una historia inmersa en elementos históricos y mitológicos, sobresaliendo la importancia en la historia del yin y yang. Los giros de tuerca de la trama también buscan enganchar al espectador.

   El segundo arco resulta mucho más convencional. Todos los amigos han reencarnado y se han reencontrado en el Japón contemporáneo donde cada uno vive una vida sencilla y cotidiana. No obstante, extraños fenómenos sobrenaturales comenzarán a azotar la ciudad de Tokio y Hikaru, de nueva cuenta, deberá hacer frente al caos para así restaurar el orden y salvar a sus amigos.  

   La animación no ha resistido el paso del tiempo y se muestra limitada y desgastada. Production I. G. se muestra poco inspirado al mostrar que en el momento del estreno de la serie (2005) de seguro los animadores más experimentados se encontraban trabajando en proyectos más grandes y atractivos. Sin embargo, las escenas de batalla son correctas, mientras que la banda sonora, especialmente en su segundo arco, fluye mucho mejor pese a que la historia es mucho más atractiva en su primer arco. Todo esto lleva en general a una serie que si bien hace muchos guiños a la historia de Japón, su trama se presenta poco inspirada y sin momentos cautivantes que permanezcan tiempo después en la mente del espectador.

   En definitiva, una historia argumentalmente compleja pero cuya ejecución y ritmo no están a la altura. Aún así, su ambientación histórica y mitológica la llevan a convertirse en una serie que busca ir más allá de las fórmulas convencionales. Pese a sus numerosos problemas, se trata de una historia de interés para los amantes del seinen y del anime retro con una historia fantástica y de tono épico que busca despegar frente a los ojos del espectador.