Regresamos en esta ocasión a
hacer honor al blog con un anime muy poco conocido pero que promete una buena
experiencia y un buen entretenimiento. De la misma forma, en este blog
hablábamos hace unas semanas de la escritora y etnóloga Nahoko Uehashi, escritora
de fantasía y profesora de antropología que dota sus historias de un tono casi
etnográfico. Con Moribito, El Guardián del Espíritu Sagrado, la adaptación al anime
ofrecía una primera aproximación a esta gran obra mezclando fantasía, acción,
batalla y política a un nivel sumamente satisfactorio; en cambio, para la serie
que ahora nos ocupa, el drama y la fantasía son los puntos centrales a considerar.
Erin The Beat Player (Kemono no Souja Erin,
2009) es una serie de 50 episodios que busca cautivar la imaginación del
espectador, especialmente aquel que ya es maduro y disfrutó hace muchos años la
famosa serie anime de Heidi. Basada en las novelas de la autora mencionada
arriba, esta pequeña joya escondida del anime busca ofrecer una experiencia
rica y profunda para el espectador.
La historia sigue a Erin, una joven con un
don excepcional y una conexión única con las criaturas fantásticas de su mundo,
especialmente los Touda y los Ouju, bestias míticas que juegan un papel crucial
en la política y la guerra de su reino. A lo largo de sus episodios,
acompañamos a Erin en un viaje de crecimiento, descubrimiento y desafíos
mientras navega por un mundo complejo donde la naturaleza, los conflictos
político-militares y las creencias ancestrales chocan constantemente.
Lo que hace que la serie de anime sea tan
especial es su enfoque en la ecología, la ética y la coexistencia. No se trata
de una serie de acción trepidante, sino una narrativa pausada que invita a la reflexión.
Las animaciones, aunque no sean las más modernas, poseen un encanto propio y
logran transmitir la belleza y la crudeza del mundo de Erin. La banda sonora es
igualmente evocadora, sumergiéndonos por completo en la atmósfera de la serie.
Al igual que con sus otras obras, Nahoko
Uehashi nos envuelve en una visión casi antropológica de aquel mundo fantástico
inmerso en conflictos bélicos, permitiéndonos conocer cómo es que los humanos crean
sus propias costumbres en función de su relación con los animales fantásticos. De igual forma, conocemos a lo largo de la serie una
escuela de crianza y herbolaria, misma que es descrita con calma y detalle en
la serie.
Si algo podemos criticar del anime que ahora
comentamos es justo su larga duración. El alivio cómico y el relleno por
momento desvían la atención de los temas centrales de la historia al grado de
resultar innecesarios. Del mismo modo, la trama por momentos es un tanto
tramposa al darle a Erin todo el mérito en la historia. Un ejemplo viene a
discusión: en uno de los episodios hay una persona que ha sido envenenada y lo lógico es
que se envía al profesor de venenos para desarrollar una cura, no obstante, la
protagonista es enviada a buscar la cura siendo que aún es una estudiante que
no está especializada en el asunto (todo por lucir en exceso a Erin en la serie).
Fuera de estos pequeños problemas, la serie está diseñada para ser disfrutada por los fanáticos del anime que les apasione el desarrollo de personajes, las tramas bien elaboradas y un mundo de fantasía ligero y original. Así, su diseño busca hacernos sentir y pensar, buscando dejar huella en el espectador. Se trata de una joya oculta que no deberían perderse.