domingo, 31 de agosto de 2025

Blame!


En esta ocasión continuamos con las obras adaptadas al anime del mangaka Tsutomu Nihei, quien a mi parecer se sigue presentando como uno de los grandes autores de la ciencia ficción japonesa. Las historias de este autor no adentran en el espacio profundo, en mundos futuristas o en otros mundos con historias que si bien no siempre son obras maestras, sí consiguen mantener al lector y espectador en su asiento transportándolo a fascinantes mundos lejanos. Si bien la vez anterior ya comentábamos la serie Sidonia no Kishi, en esta ocasión toca el turno a otra de sus obras más interesantes: Blame! (2017).

   En el vasto y a veces abrumador catálogo de Netflix se esconde una pequeña joya cinematográfica que merece la pena ser descubierta. La película que ahora comentamos está dirigida por Hiroyuki Seshita y nos transporta a un futuro tan desolador como fascinante. Así, para quienes sean fanáticos de la ciencia ficción, el cyberpunk y las atmósferas opresivas, esta película no se la pueden perder. 

   La trama se desarrolla en La Ciudad, una mega tumba inmensa de estructuras interconectadas que se expande sin fin en todas direcciones. Los pocos humanos que quedan viven en las sombras acosados por los Constructores, robots automatizados que, tras perder su propósito original, eliminan cualquier forma de vida que no tenga los "genes de conexión a la red". El protagonista, Killy, un enigmático viajero con una poderosa "Pistola de Emisores de Gravedad", busca incansablemente a un humano con esos genes, quien será la clave para detener la expansión de La Ciudad y salvar lo que queda de la humanidad. 

   Uno de los puntos fuertes de la película es su estilo visual. Como en todas las adaptaciones de la obra de Tsutomi Nihei, la animación 3D, con frecuencia controversial en el mundo del anime, funciona muy bien para transportarnos a ese mundo futurista y cerrado. Aunque pueda chocar al principio, la dirección artística logra capturar la estética lúgubre, industrial y cavernosa del manga original. Cada rincón de La Ciudad se siente vasto, peligroso y lleno de una belleza extraña. Las escenas de acción son fluidas y brutales, con Killy desatando el poder de su arma contra hordas de robots creando un gran espectáculo visual.

   Blame! no es una película para todos. Su narrativa es minimalista y su diálogo muy breve por momentos. La historia también se cuenta a través de imágenes, el sonido y la atmósfera. Este enfoque, fiel al manga, sumerge al espectador en un mundo de desesperanza y supervivencia. La película genera una constante sensación de claustrofobia y opresión, con la música y el diseño de sonido trabajando en conjunto para crear una experiencia más que inmersiva. 

   Más allá de ser una buena adaptación, Blame! es una obra de ciencia ficción que destaca por su originalidad. No sigue las convenciones narrativas habituales, lo que la convierte en una propuesta refrescante. Para quienes disfruten el cyberpunk en obras como Akira o Ghost in the Shell, la estética y el tono de la película resultarán fascinantes. Es una cinta que busca hacernos pensar y nos dejará con ganas más el universo creado por Tsutomu Nihei.

   Un breve apunte que es necesario hacer es que existe una adaptación previa en formato ONA con episodios muy breves y casi sin diálogo. Esta pequeña producción busca transportar al espectador al mundo propuesto por el mencionado mangaka. No obstante, la gran brevedad de esta serie hace imposible contar una historia coherente y solo se queda como una promoción para leer el manga.

   En conclusión, si buscan una película de anime que los saque de lo convencional y les ofrezca una buena experiencia visual, esta cinta es para ustedes. Es una obra distópica fácil de encontrar en Netflix y que, pese a su corta duración, busca dejar una huella profunda y demuestra que el anime de ciencia ficción tiene aún mucho que ofrecer. 

 


lunes, 18 de agosto de 2025

Sidonia no Kishi

 


En las siguientes entregas de este blog comentaremos las adaptaciones al anime del mangaka Tsutomu Nihei, autor centrado especialmente en la ciencia ficción y que le encanta hablar de grandes, muy grandes estructuras en sus ficciones (por algo trabajó en el sector de la construcción). Para quienes busquen opciones interesantes en este género  con toques de originalidad, las obras de este autor están hechas para ustedes. Por lo mismo, en esta ocasión olvidémonos de los tropos comunes y preparémonos para un viaje espacial de lo más curioso: Sidonia no Kishi.

   La historia nos lleva a un futuro lejano, más de 1000 años después de que la Tierra fuera destruida por una misteriosa especie alienígena conocida como los Gauna. La humanidad sobrevive a bordo de gigantescas naves espaciales construidas a partir de fragmentos del planeta, como la Sidonia. Aquí conocemos a Nagate Tanizake, un joven  y peculiar piloto de mechas que se unirá a la lucha por la supervivencia de la especie humana.

   Una de las características más notables de la serie es su nada desagradable CGI. El estudio Polygon Pictures optó por un estilo 3D que, aunque al principio puede parecer inusual, termina siendo su mayor fortaleza. Los movimientos son fluidos y las peleas de mechas contra Gauna son espectaculares. El estilo también ayuda a crear una atmósfera claustrofóbica y oscura que busca sumergirnos en la historia.

   Más allá de la acción y los efectos visuales, Sidonia no Kishi es un anime que nos invita a pensar. La serie explora temas como la supervivencia, la moralidad, y lo que significa ser humano en un escenario al borde del colapso. Los personajes son complejos y su universo está lleno de detalles que harán que queramos conocer más del universo de Tsutomu Nihei.

   Para los amantes del sci-fi, los viajes espaciales generacionales están a la orden del día. En la gigantesca estructura espacial, los personajes buscan lidiar con sus conflictos personales mientras que están atentos a nuevas batallas. En ese futuro, las personas son fotosintéticas y prefieren ponerse extremidades robóticas antes que lidiar con miembros biológicos débiles. En este ambiente lleno de ciudades inmensas, la serie se siente realmente alienígena dada la naturaleza extraña y amorfa de los enemigos Gauna. Para el caso de los pilotos y sus mecha, la historia se aleja de clichés clásicos: los robots no reaccionan al amor ni tienen vida propia, dado que todo depende únicamente de la pericia de los pilotos.

   Algo curioso es que la historia propone la superioridad del ser humano frente a otras especies inteligentes, por lo que el diálogo no es posible. En un momento determinado, se propone una comunicación con los Gauna, más los directivos de la nave Sidonia, siguiendo este supuesto de superioridad, rechazan toda conversación. Así, este anime se inspira en muchas ideas de la ciencia ficción militarista estadounidense y apela a nociones tomadas directamente de autores como Robert A. Heinlein o Larry Niven por mencionar solo unos cuantos escritores.

    En definitiva,  estamos ante una historia de ciencia ficción con toques de terror, batallas de mechas épicas y un universo profundo. Si bien su carga ideológica resulta curiosa,  en general la serie cumple su cometido como buena ciencia ficción y como una joya oculta que vale la pena descubrir.