En 1927, el gran director expresionista alemán Fritz Lang
ofreció al público de su época una de las películas más interesantes e
innovadoras. Metrópolis, en la visión de aquel director, nos ubicaba en una
ciudad futurista y distópica en la que la clase trabajadora llevaba a cabo
larguísimas y agotadoras jornadas sólo para mantener la estabilidad
y las ganancias de unos cuantos millonarios. Si bien el panorama que la peli
nos ofrece nos suena un tanto actual, cabe destacar que la historia nos
mostraba uno de los primeros y más famosos robots del cine.
Y cuál es mi
sorpresa al encontrarme una versión animada de aquella mítica película.
Siendo
sinceros, esta cinta, inspirada en el manga de Osamu Tezuka, apenas y toma unos
cuantos elementos de la película de Lang.
Nos encontramos
en un mundo futuro y distópico en el que los robots son parte fundamental. Sin
embargo, la resistencia social no se ha hecho esperar: son miles de personas
las que detestan a estas máquinas, ya que o bien han sido sustituidos por los
robots en la industria o de plano los robots son una afrenta divina.
En una de
esas, un detective y su joven sobrino visitan Metrópolis para investigar a una
especie de científico loco que ha robado órganos humanos. Conforme avance la
trama, el detective, el sobrino y un robot policía tratarán de descubrir los
secretos que esconde aquel científico.
La cinta ofrece
una animación portentosa, flexible y sin el menor ahorro de dibujos o
escenarios. Cada imagen es distinta y posee una vida propia. De la misma forma,
Metrópolis es retratada a detalle al grado de encontrarnos con una ciudad que
vive por sí misma.
Si bien la cinta
explora el misterio del robot humanizado, hay que señalar que la historia
recuerda fuertemente a muchos de los robots asimovianos. Y de la misma forma,
la animación recuerda fuertemente los trazos de Tezuka al grado de que por
momentos creemos que estamos viendo algún episodio de Astroboy.
En definitiva,
una cinta visualmente deliciosa que explora toda clase de elementos dentro de
la ciencia ficción.
Excelente la música que lo acompaña…
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