viernes, 11 de julio de 2014

Especial Studio Ghibli: “Porco rosso”

Seguimos de vacaciones disfrutando de algunas de las películas pendientes en el anaquel familiar. Y en esta ocasión, toca el turno a Porco rosso, quizás una de las cintas más adultas y occidentales que Hayao Miyazaki nos ha regalado.



   
   La historia nos adentra en el periodo de  entreguerras, y nos relata las travesías y aventuras de Marco Pagot, una especie de piloto del ejército y pirata aéreo que ha huido de su país y se dedica a realizar toda clase de trabajos como cazarrecompensas.

   Pero hay un placer de Pagot por frustrar los esfuerzos de la competencia. Él domina el mar Adriático, y cualquiera que desee hacer negocios en su territorio se tendrá que vérselas con él.

   La cinta juega con distintos misterios. Por un lado, nunca está del todo claro por qué ha adquirido esa especie de maldición en la que su cabeza tomó la forma de la de un puerco. Asimismo, el final es demasiado juguetón: nunca nos enteramos si regresa a la normalidad o sigue con su maldición.

   Pero hay dos aspectos que me gustaría resaltar de esta cinta.

   El primero de ellos es el gran homenaje al cine negro. El nombre de Donald Curtis, uno de sus más férreos enemigos de Pagot, recuerda a la famosa familia de actores Curtis. Pero además, la cinta transmite el espíritu del cine de los 50’s con los enfrentamientos entre rivales, con los centros de baile y la música, con las historias de amor que no terminan bien. De hecho, la peli ofrece una historia de amor tan interesante como triste: el amor imposible en su máxima expresión, en el que la doncella ama a Pagot y él, debido a su maldición, nunca podrá estar con su amada.

   El segundo aspecto a resaltar es el placer de Miyazaki por los aviones. Siendo un gran admirador de la aviación, el director nos ofrece escenas detalladas del funcionamiento de estos aparatos, de cómo planean, de cómo es que se construyen o reparan.


   En resumen, una cinta memorable que fascinará a los gustosos del cine estadounidense de antaño y que posee el sello característico de su director.


No hay comentarios:

Publicar un comentario