jueves, 11 de diciembre de 2014

Las aventuras de Peter Pan

Aprovechando las vacaciones, uno recuerda con gusto cómo se transmitían sin broncas y tapujos tanto series animadas estadounidenses como japonesas. He de decir que éstas últimas siempre han tenido un toque más trabajado, historias más fuertes e incluso trágicas, pero, sobre todo, que en Japón la animación y las historias se entienden de otra manera.



   En esta nostalgia cuasi navideña, recuerdo que cuando era niño hubo diversas series que realmente me marcaron. Las gran mayoría de nosotros, cuando éramos niños, hasta cierto punto éramos otakus: veíamos muchas series japonesas. Incluso me atrevo a afirmar que la gran mayoría que disfrutamos de los videojuegos, en cierto sentido, somos otakus: véase, por ejemplo, el caso del videojuego The King of Fighters. La estética del mismo tiene un gran componente del ánime que muchos disfrutamos. En alguna ocasión, mi hermana, completa fan de este juego (y franquicia), me criticaba por ver animación japonesa, a lo que le respondí que ella también era fan debido a su gusto por este juego.

   Para no hacerla tan larga, recordando todas esas series, viene a mi mente Las aventuras de Peter Pan, de Takashi Nakamura (autor de producciones ya reseñadas en este blog como A Tree of Palme y Fantastic Children).

   La historia, a primera vista, nos transporta al clásico cuento de Peter Pan, de Wendy, de los niños perdidos y del capitán Garfio. Sin embargo, recuerdo que la trama introducía elementos nuevos para convertir el asunto en algo épico. Había toda clase de aventuras e incluso, justo al final, había un combate con una poderosa bruja en un país lleno de oscuridad.

   El Peter Pan de la serie siempre me gustaba. Era un personaje tan hiperactivo y juguetón y, de hecho, la animación del mismo nos convencía de lo ágil y flexible que era.

   También recuerdo que las caras de muchos personajes eran distintos. 

   En la trama, Garfio quería que Wendy se convirtiera en la mamá de los piratas, había menos niños perdidos, indios, etc.

   Pero un rasgo del director Takashi Nakamura presente en todas sus producciones (y ésta serie que reseñamos no es la excepción) es el de los ojos grandes y rasgados. También hay muchos personajes parecidos entre sus distintas producciones.

   En definitiva, una serie clásica con la que uno creció. A mi me tocó verla en el famoso canal 5 de México a principios de los 90's, y vaya que la recuerdo con especial cariño.



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