Mi segundo día de animación japonesa en la Cineteca
Nacional ofrece sorpresas y sala abarrotada. Hay mucha gente realmente
interesada en el anime, género visual de culto que está dirigido a un nicho muy
específico que incluye a miles de fans.
El resumen de la
cinta, directo de la página del mencionado recinto cinéfilo, dice lo siguiente:
“Adaptación del cuento clásico El intendente Sansho, que
ya había sido filmado en 1954 por Kenji Mizoguchi. Un ambicioso oficial que
desea destruir a un honesto gobernador, ordena a sus secuaces que lo capturen
junto a toda su familia. A pesar de sus intentos por huir, el gobernador es
capturado y muere en prisión. Sus hijos tienen algo más de suerte: son vendidos
como esclavos al intendente. Con ayuda de sus amigos, uno de los hijos tratará
de recuperar las posesiones arrebatadas”.
En el caso de la cinta de
animación, poco sabemos sobre el gobernador capturado. La historia nos cuenta
las peripecias y tribulaciones de la familia y, en especial, de los hijos del
gobernante después de que un cruel y ambicioso oficial, al no poder casarse con
la hija de éste, incendia una región del bosque que forma parte de los dominios
del emperador. Buscando la venganza, el oficial inculpa al gobernador, quien es
acusado y encarcelado. La familia no tiene opción mas que escapar.
En el intento de la
familia por llegar al emperador para apelar la sentencia, la esposa y los hijos
son engañados y convertidos en esclavos. A partir de ahí, ocurrirán varias
situaciones y desgracias: la venganza del oficial ha surtido efecto, y por más
esfuerzos para liberarse y buscar que la familia se reencuentre, el daño está
hecho.
La cinta nos muestra una
animación japonesa distinta de lo que observamos hoy en día. Los personajes no
tienen ojos enormes, sino que presentan rasgos característicos de las pinturas
de los japoneses antiguos, entre éstos, destaca la piel muy blanca y los ojos rasgados.
La cinta nuevamente nos
transporta a varios siglos en el Japón antiguo, cuando la magia estaba a la orden
del día. Mas un aspecto realmente sobresaliente es el papel que la naturaleza
tiene en la historia. He leído que personajes como Godzilla, si bien alguna vez
formó parte de ese terrible estigma japonés referente a la bomba atómica, ahora representa a la naturaleza que busca mantener el orden frente a unas
insignificantes e inefectivas hormigas conocidas como los humanos. Muchas de
las invasiones de monstruos gigantes representan a la naturaleza que reacciona
frente al orgullo y arrogancia de la humanidad.
Y en la película que nos
compete, la naturaleza reacciona de una y mil formas frente a la desgracia. Si
bien actúa favorablemente frente a quienes sufren injusticias, su papel es
reaccionar frente a la maldad del hombre.
También podemos ver en la
peli el papel de los animales humanizados. Pese a que gran parte de la historia
tiene un tono agridulce, los pequeños personajes le dan un toque de inocencia y
carisma infantil a la cinta, alegrando por momentos la amargura de las
situaciones que viven los personajes.
En definitiva, otra gran
cinta con buena banda sonora, una animación maravillosa, artesanal y bien
hecha para la época.