Goro Miyazaki, hijo del renombrado director de animación
japonesa Hayao Miyazaki, ha sido objeto de críticas y controversia desde que
debutó en el mundo del cine con su primera película estrenada en 2006, Tales from
Earthsea. A pesar de ser el heredero de uno de los estudios de
animación más respetados del mundo, el Studio Ghibli, Goro Miyazaki no ha
logrado alcanzar el éxito y el reconocimiento que su padre y el estudio han
obtenido a lo largo de los años.
Considerado como
un dibujante competente, dirigió el Museo Ghibli entre el año 2001 y el 2005, hasta que recibió la invitación del productor Toshio Suzuki dirigir su primera
película. Pese a los riesgos de lanzar a un director novato y las quejas del
propio Hayao Miyazaki, el director que ahora comentamos se lanzó a un camino en la que la enorme figura de su padre lo puso frente a la mira y el
escrutinio de todos los fanáticos del estudio.
Las escasas películas
de Goro Miyazaki, especialmente aquellas con el estilo característico del
estudio, cuentan con una animación apabullante y los mejores elementos de
producción que Ghibli puede ofrecer. No obstante, aquellas producciones en CGI
se muestran torpes y con errores técnicos, mientras que los guiones de sus
historias resultan poco trabajados y muy mal redondeados, quedando en esbozos que
con otro director podrían haber derivado en grandes películas.
Así pues,
comentemos sus pocas producciones para descubrir el lado menos inspirado del
Studio Ghibli.
Cuentos de Terramar / Tales from Earthsea
En 2006, la película debut de Goro Miyazaki fue un
intento de adaptar la serie de novelas fantásticas del mismo nombre de la
escritora estadounidense Ursula K. Le Guin. Aunque la película recibió algunas
críticas positivas por su animación y diseño de producción, la trama y el
desarrollo de personajes fueron ampliamente criticados por carecer de la
profundidad y emoción que se espera de una película del estudio.
La trama sigue a Arren, un joven príncipe que huye de su
reino después de matar a su padre, el rey. En su huida, se encuentra con Gavilán,
un misterioso archimago que lo ayuda a comprender su destino y a encontrar su
verdadero propósito en la vida. A lo largo de su viaje, Arren y Gavilán se
enfrentan a peligros y desafíos que los ayudan a crecer y a descubrir la
verdadera naturaleza de su relación mientras buscan mantener el equilibrio
frente al poderoso y despiadado mago Cob.
La película
inicia con una situación que jamás se termina de explicar y que resulta sinsentido, mientras que la aventura en la historia es sumamente
convencional. Asimismo, el mago Cob carece de la profundidad psicológica de
otros personajes de Ghibli y apenas resulta ser un villano al uso.
Originalmente,
Hayao Miyazaki quería adaptar los libros de Le Guin, pero la autora no conocía
al director y se negó rotundamente dado que todos los intentos por adaptar su
saga fantástica habían sido infructuosos dado que los guiones no la convencían.
Más adelante, Judith Merril, escritora y especialista en fantasía y ciencia
ficción, la convenció para conocer y maravillarse con la obra de
Miyazaki. En su momento hubo una conversación en donde la autora sugería
crear una historia original de la saga que transcurriera entre los dos primeros
libros, mas Ghibli sugirió adaptar los libros 3 y 4. Pese a la promesa de que
Miyazaki no dirigiría pero asesoraría la
película, Le Guin dio su consentimiento. A final de cuentas, el resultado final
la decepcionó profundamente.
La colina de las amapolas / From Up on Poppy Hill
Para 2011, la
segunda producción del director que ahora comentamos fue una película más
convencional en términos de trama y personajes, pero recibe ayuda en el guion por parte de Hayao Miyazaki al grado de convertirla hasta ahora en la mejor película de Goro
Miyazaki. Sin embargo, algunos críticos elogiaron su animación y su capacidad
para capturar la esencia de la nostalgia, mientras que otros la encontraron
predecible y falta de originalidad. A pesar de las críticas mixtas, la película
fue un éxito de taquilla en Japón y ayudó a establecer a Miyazaki hijo como un
director en ciernes dentro del estudio.
La película es una adaptación del manga shojo del mismo nombre escrito e ilustrado por Chizuru Takahashi y
Tetsurō Sayama. La trama sigue a Umi Matsuzaki, una estudiante de secundaria
que cuida de su familia y administra una pensión en lo alto de una colina
cercana al mar. Un día, Umi conoce a Shun Kazama, un muchacho miembro del club
de periodismo, y a Shirō Mizunuma, presidente del consejo estudiantil. Ambos
son representantes del Quartier Latin, un edificio antiguo que alberga las
diferentes asociaciones y grupos de estudiantes y que corre peligro de ser
demolido por la renovación de edificios con motivo de los Juegos Olímpicos de
Tokio de 1964. Entre Umi y Kazama surge una profunda amistad que podría verse
complicada con el inesperado descubrimiento de un secreto del pasado.
Esta cinta puede
ser ubicada dentro de la temática de historias de la vida / slice of life. Si
bien no cuenta con ningún elemento fantástico, el contexto histórico de la
ciudad de Yokohama durante las década de los 1960 nos transporta cerca de un
momento decisivo en la historia de Japón. Con una trama sencilla pero
agradable, la película cumple su cometido para entretener aunque no maravillar
a los incondicionales del estudio.
Ronja, la hija del bandolero / Sanzoku no musume Rōnya
En 2014, Goro Miyazaki hizo su debut en la televisión con
la serie de televisión Ronja, la hija del bandolero. La serie, basada en la
novela para niños del mismo nombre de Astrid Lindgren, recibió críticas mixtas
por su animación y trama, pero fue elogiada por su capacidad para capturar la
esencia de la infancia y la aventura. A pesar de esto, la serie no logró el
mismo nivel de éxito que otras producciones del Studio Ghibli.
La historia sigue a Ronja, una niña que vive en un
castillo en lo alto de una montaña con su padre, un bandolero. A medida que
Ronja crece, se aventura en el bosque cercano y se hace amiga de Birk, el hijo
del líder de un grupo rival de bandoleros. Juntos, Ronja y Birk exploran el
bosque y se enfrentan a desafíos que les ayudan a crecer y encontrar su propio
camino. La serie es una exploración de temas como la amistad, la lealtad y la
identidad, y cuenta con una animación y diseño de producción que no han
convencido a muchos espectadores.
Definitivamente, el CGI no ayuda en nada a una historia poco inspirada y con problemas de guion. La serie, producida por Studio Ghibli en colaboración con Polygon Pictures, muestra una animación tosca y de plástico en la que los personajes parecen simples muñecos. Asimismo, el espectador nunca termina de conectar con la historia, por lo que es mucho más recomendable buscar el libro original o las adaptaciones live action que se han hecho del libro en otros países.
Earwig y la bruja / Aya to Majo
Se trata de la última película de animación japonesa
hasta ahora dirigida por Gorō Miyazaki y producida y estrenada por Studio Ghibli en
2020. La película es una adaptación del libro del mismo nombre de Diana Wynne
Jones (autora del libro El castillo ambulante) y cuenta la historia de Earwig, una
niña huérfana que es adoptada por una bruja llamada Bella Yaga y su ayudante,
un gato negro llamado Thomas. A medida que Earwig se adapta a su nueva vida en
la casa de la bruja, descubre que tiene poderes mágicos y se embarca en una
misión para descubrir sus orígenes y salvar a su amigo, un niño llamado Julian.
Pese al apoyo de
Hayao Miyazaki entre bambalinas, esta cinta animada por CGI resulta sumamente
problemática para cualquier espectador. Su animación resulta confusa y contiene errores
técnicos que pueden sorprender a los seguidores del Studio Ghibli. Tal parece
que que los animadores aún no estaban listos para animar una cinta hecha completamente por computadora. Del mismo modo, el guion resulta tan poco
desarrollado que tal parece que estamos ante la primera mitad de una película
cuya segunda parte nunca fue terminada. Casi nada se resuelve en la trama
cuando la cinta termina de manera inexplicable.
En resumen, aunque Goro Miyazaki ha trabajado duro para
establecerse como director en el mundo de la animación japonesa, aún no ha
logrado alcanzar el éxito y el reconocimiento que su padre y el Studio Ghibli
han obtenido a lo largo de los años. A pesar de sus esfuerzos, sus películas y
series han recibido críticas mixtas y no han logrado conectarse con la
audiencia de la misma manera que otras producciones del estudio. Aunque sigue
siendo un director en ciernes y tiene el potencial para mejorar y crecer,
todavía tiene un largo camino por recorrer antes de poder ser considerado el
heredero del legado del Studio Ghibli.
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