Finalmente terminamos en la UNAM un semestre acalorado y
lleno de adrenalina. Ya que las vacaciones se acercan y hay una cantidad menor
de trabajo que llevar a cabo, es hora de disfrutar de la buena y fascinante
animación japonesa. En esta ocasión tocó el turno a No. 6, serie curiosa y muy
breve del ya gustado estudio BONES (Eureka Seven, Fullmetal Alchemist).
La historia nos
transporta a un mundo post-apocalíptico en el que sólo seis grandes ciudades se
han alzado. Dichas urbes son prácticamente perfectas: hay toda clase de
sistemas automatizados y cada quien tiene un trabajo digno. Sin embargo, lo que
parece ser una gran utopía es en realidad una especie de escenario orwelliano
en el que aquel que desafíe al sistema será castigado sin la menor piedad.
Shion es un niño
genio que un día oculta en su cuarto a Nezumi, un joven fugitivo. Debido a que
Shion encubrió a un criminal, ya no podrá tener las ventajas que tenía como
niño genio y estudioso. En unos años, el chico apenas y será empleado de un
parque.
En una de esas,
Shion descubrirá que hay una especie de epidemia en la ciudad: hay personas
infectadas con larvas de avispas, y una vez que este insecto sale del huésped,
este último muere de inmediato.
Shion quiere
saber qué pasa, más debido a que ha expresado algunas dudas sobre el gobierno y
el estilo de vida de No. 6 (como se conoce la ciudad), será arrestado y condenado
a muerte. No obstante, gracias a una rápida intervención de Nezumi, el chico
podrá escapar de la ciudad y conocer el mundo real.
Shion descubrirá
que fuera de la ciudad hay grandes pueblos con habitantes que buscan vivir al
día. En colaboración con Nezumi, poco a poco irá descubriendo los secretos de
No. 6 que al final lo llevarán a tratar de destruir aquella falsa utopía.
La serie es
heredera de innumerables historias en la literatura y el cine: una gran ciudad
utópica, alguien que descubre la falsedad de esa ciudad y que se rebela para
combatir ese sueño citadino.
Como es común en
muchas series de animación japonesa, la trama resulta ser una especie de
rompecabezas que invitará al espectador a estar atento al desenlace. Por otra
parte, el personaje principal, como muchos otros en estas series, es
extremadamente nervioso y será quien sorpresivamente irá descubriendo la
verdad. Sin embargo, el mismo personaje será quien tenga la fuerza al final
para cambiar las cosas.
Un aspecto
interesante es la relación tan conflictiva entre Shion y Nezumi. Pese a que el
segundo tiene un carácter mucho más fuerte, al final se destapará una historia
de amor entre ambos que concluirá con un final ambiguo aunque tierno.
En resumen, una
serie muy breve y que funciona bien. Por mi parte hubiera gustado que los
personajes hubiesen muerto como ocurre al final y no hubiesen sido revividos.