domingo, 27 de abril de 2014

Especial Studio Ghibli: “Kiki: Entregas a domicilio”

Esta semana seguimos con los comentarios sobre todas las películas de Studio Ghibli. En esta ocasión toca el turno a Kiki: Entregas a domicilio.



   La cinta nos cuenta la historia de Kiki, una bruja que debe seguir la tradición: a los trece años, las jóvenes brujas deben viajar a algún pueblo o ciudad para prestar sus servicios. Repentinamente, Kiki decide que ya es hora de partir, noticia que a la vez sorprende y entusiasma a sus padres.

   Kiki, en compañía de su gato Jiji, llegarán a una ciudad costera en la que buscarán instalarse. A partir de ahí, la trama se concentrará (y creo que es un aspecto original de la película) en cómo la joven bruja se adapta a su nueva vida y cómo descubre la forma de ayudar a los pobladores.

   La cinta nos muestra la crisis durante la transición entre niñez y adolescencia. Durante dicha fase, Kiki descubre los celos y el amor, pero también la amistad con varios de los pobladores del lugar al que ha llegado. Sin embargo, la transición mencionada sobresale por un hecho muy particular: cuando era niña podía escuchar hablar a su gato, y ahora que es adolescente, ya no puede escuchar a su compañero. De la misma forma, Kiki tiene problemas para controlar su magia, aspecto que muestra muy bien que la pubertad es un periodo de suma inestabilidad emocional.

   También nos cuentan la faceta trabajadora y leal de Kiki. Realmente es una chica que cumple sus servicios al pie de la letra y es capaz incluso de ir más allá con tal de ayudar y dejar bien satisfechos a quienes ayuda.

   Con esta cinta termina la etapa ochentera de Hayao Miyazaki (director y guionista de esta cinta) y del estudio. La entrada a los 90’s representará la consolidación de esta casa animadora y de sus producciones no sólo en Japón, sino también en el resto del mundo.


   En resumen, una cinta adorable y bien planeada que dejará con buen sabor de boca a chicos y grandes.


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