viernes, 11 de julio de 2014

Anime en el IPN

Esta semana quiero invitarlos al ciclo de animación japonesa que se celebrará en diferentes escuelas del Instituto Politécnico Nacional de México.

   La opción vale la pena: de agosto a diciembre podremos disfrutar de algunas de las mejores cintas japonesas que se han presentado en diferentes festivales a lo largo y ancho del mundo. Revisen la página y la cartelera aquí.

 

Especial Studio Ghibli: “Porco rosso”

Seguimos de vacaciones disfrutando de algunas de las películas pendientes en el anaquel familiar. Y en esta ocasión, toca el turno a Porco rosso, quizás una de las cintas más adultas y occidentales que Hayao Miyazaki nos ha regalado.



   
   La historia nos adentra en el periodo de  entreguerras, y nos relata las travesías y aventuras de Marco Pagot, una especie de piloto del ejército y pirata aéreo que ha huido de su país y se dedica a realizar toda clase de trabajos como cazarrecompensas.

   Pero hay un placer de Pagot por frustrar los esfuerzos de la competencia. Él domina el mar Adriático, y cualquiera que desee hacer negocios en su territorio se tendrá que vérselas con él.

   La cinta juega con distintos misterios. Por un lado, nunca está del todo claro por qué ha adquirido esa especie de maldición en la que su cabeza tomó la forma de la de un puerco. Asimismo, el final es demasiado juguetón: nunca nos enteramos si regresa a la normalidad o sigue con su maldición.

   Pero hay dos aspectos que me gustaría resaltar de esta cinta.

   El primero de ellos es el gran homenaje al cine negro. El nombre de Donald Curtis, uno de sus más férreos enemigos de Pagot, recuerda a la famosa familia de actores Curtis. Pero además, la cinta transmite el espíritu del cine de los 50’s con los enfrentamientos entre rivales, con los centros de baile y la música, con las historias de amor que no terminan bien. De hecho, la peli ofrece una historia de amor tan interesante como triste: el amor imposible en su máxima expresión, en el que la doncella ama a Pagot y él, debido a su maldición, nunca podrá estar con su amada.

   El segundo aspecto a resaltar es el placer de Miyazaki por los aviones. Siendo un gran admirador de la aviación, el director nos ofrece escenas detalladas del funcionamiento de estos aparatos, de cómo planean, de cómo es que se construyen o reparan.


   En resumen, una cinta memorable que fascinará a los gustosos del cine estadounidense de antaño y que posee el sello característico de su director.


sábado, 5 de julio de 2014

Jyu Oh Sei

Seguimos aprovechando las vacaciones para disfrutar de algunas series pendientes que andaban arrumbadas en la habitación. A su vez, continua mi revisión de algunas series importantes del estudio Bones.



  En esta ocasión tocó el turno de Jyu Oh Sei, serie cien por ciento de ciencia ficción que esconde agradables sorpresas al espectador gustoso de este género.

   La historia nos ubica a varios siglos en el futuro. La humanidad ha logrado colonizar un sistema planetario conocido como Balkan y ha terraformado sus mundos para habitarlos. En una de esas, los gemelos Thor y Rai viven cómodamente en uno de aquellos mundos: el primer hermano es fuerte y decidido, mientras que el segundo en nervioso y débil.

   Pero sorpresivamente ocurre una tragedia: los gemelos de 11 años descubren que sus padres han sido asesinados. Luego de ser adormecidos, los niños despertarán y descubrirán  que han sido enviados a Quimera: un mundo hostil habitado por plantas carnívoras súper desarrolladas que funge como prisión.

   Una vez ahí, Thor tratará de descubrir quién asesinó a sus padres y buscará la forma de regresar al mundo en el que nació. No obstante, ocurrirán varios sucesos que complicarán la aventura: Rai morirá víctima de una extraña planta carnívora.

   Cuando Thor avanza, descubre que aquel mundo se ha dividido en cuatro anillos, cada uno con su gente y gobernado por un líder. Se cuenta que en una lucha entre los cuatro líderes, quien sea el vencedor se convertirá en el Jyu Oh Sei, el Rey Bestia, y tendrá derecho a regresar a casa.

   En su viaje, Thor encontrará algunos buenos amigos que lo ayudarán a escalar posiciones. Sin embargo, conforme se acerque a la cima encontrará algunas verdades que tendrá que afrontar de una u otra forma.

   En el juego de nombres nórdicos y germanos, la serie ofrece un contexto de ciencia ficción creíble y bien desarrollada. Por momentos, la vista de Quimera es extraña y desconcertante y vaya que consigue emocionar al espectador y hacerle creer que en realidad se trata de un mundo alienígena.

   La historia también juega con algunos elementos de las historias de espada y brujería (aunque sin ésta última). Hay luchas con espadas, pueblos con reglas, guerreros, y un sinfín de personajes. A su vez, la trama juega bien con el romance y nos habla sobre un triángulo amoroso con todo y sus conflictos.

   Hay una cosa que sí me dio risa. Thor tiene once años cuando llega, mas cuando tiene quince y se vuelve el líder del anillo, su porte es más de un súper modelo de 35 años que dedica varias horas al día para su arreglo personal en lugar del de un simple adolescente.

   Pese a que al final conocemos a Odín, la mente detrás del asesinato de los padres de Thor y de los experimentos genéticos para crear una nueva raza humana resistente a las condiciones extremas de los planetas que se han terraformado, creo que el desenlace es completamente fallido. Se abusa de los clásicos clichés en donde los acompañantes del personaje van muriendo uno por uno en actos valerosos de sacrificio. También algunos personajes que no merecían morir lo hacen y otros logran sobrevivir. La muerte de Tiz, el gran amor de Thor, es por demás forzado y un tanto absurdo.

   En resumen, una serie corta de ciencia ficción que empieza muy bien y que termina de forma fallida, irregular y precipitada.



   

viernes, 4 de julio de 2014

Especial Studio Ghibli: “Recuerdos del ayer”

Si les gustan las películas de la gustada animación japonesa y, en especial, las que los hacen desparramarse en lágrimas, esta cinta sencilla y al parecer sin chiste seguramente encontrarán una grata sorpresa.



   Studio Ghibli es como el Pixar de Japón. Sus películas son consideradas como bellos trabajos que transportan al espectador a mundos mágicos sin igual. Pese a que muchas de las historias del estudio son de fantasía, aquellas que podrían ser “realistas” en realidad convierten lo cotidiano en algo fantástico.

   Y Recuerdos del ayer no es la excepción.

   Isao Takahata, otro de los grandes de este estudios, estuvo detrás de la dirección de esta cinta. El propio Hayao Miyazaki estuvo involucrado en la producción.

   La historia nos habla de Taeko, una joven adulta que viaja al campo para pasar las vacaciones con sus parientes. Entre toma y toma, Takahata nos regala deliciosas tomas costumbristas sobre cómo se obtienen y preparan diversos cultivos.

   Pero la protagonista trae una especie de fuerte nostalgia por lo que vivió alguna vez en quinto año de primaria. Así, podemos conocer que en nivel  escolar, Taeko tenía talento para la actuación, tuvo buenos amigos, algunos bonitos amores y algunas gratas vivencias con la familia.

   Con respecto a esta última, el director nos ofrece un panorama de la familia japonesa en la que pese a que todos opinan, la figura paterna, seria y lectora del periódico, es quien tiene al final la última palabra.

   En su viaje al campo, Taeko encontrará el amor y aprenderá que pese a que las vivencias del pasado fueron grandiosas, uno debe dejarlas ir.

   Una de las escenas del final me parece sumamente conmovedora. En la misma, Taeko viaja de regreso a la ciudad en medio de tantas dudas y, a manera de símbolo, se encuentra en el transporte con todos sus compañeros, quienes la convencen de regresar. Al final, se va sin ellos mientras que la observan alejarse. Esto me parece una hermosa escena sobre lo bello del pasado que uno al final debe dejar atrás.


   En resumen, una historia realista y costumbrista que a partir de lo cotidiano nos contará una poderosa historia sobre la vida misma.



jueves, 26 de junio de 2014

Agente paranoia

Hay veces en las que uno se encuentra con series que se alejan de los clásicos clichés de subgéneros como el shonen. Y más si uno se encuentra con un director de la talla de Satoshi Kon. Aparte de las pocas pero fabulosas películas de este gran creador, Agente Paranoia es su única serie en la que tuvo mayor espacio para explotar sus ideas.



   La trama nos pasea a través de distintas historias trágicas en las que sus personajes van llegando al límite: una dibujante que se encuentra en una crisis creativa, un niño popular al que bruscamente todo el mundo empieza a odiar, una mujer tranquila cuyo alter ego quiere tomar el control de su cuerpo, etc.

   Frente a las graves crisis que azotan a los personajes, el “chico del bat” es alguien que repentinamente aparece en patines y golpea en la cabeza a los personajes en los peores momentos. El golpe, a veces mortal, de alguna manera tiene como objeto liberar a las personas de sus terribles problemas. Aunque no todos lo aceptan: es fascinante la escena en la que una mujer, esposa de uno de los detectives que investiga los ataques, se niega a ser liberada.

   Uno de los buenos misterios es el chico del bat. El espectador creería al inicio que se trata de un simple justiciero, pero a la larga uno descubre que es más una especie de fantasma creado por el estrés de las sociedades contemporáneas altamente estresadas.

   Como es común en Satoshi Kon, la historia tiene un componente altamente dickiano: llega un momento en que los traumas de la imaginación y la realidad se entremezclan de tal manera que ya no es posible descubrir qué es real y qué no. Si bien este elemento en las historias de Kon ha sido explotado con lujo de detalle en sus películas (Perfect Blue, Millenium Actress, Paprika), en la serie se juega con el mismo de tal forma que al final la historia resulta realmente desconcertante.


   No se pierdan las primeras tres historias de la serie. Para quienes hayan seguido la filmografía del gran director David Lynch, muchos elementos de la trama resultarán conocidos. También no se pierdan el opening: aparte de ser una gran pieza de música electrónica, las escenas reflejan perfectamente la idea de la gente que es liberada sin importar la gravedad del problema que tengan. 



miércoles, 25 de junio de 2014

Un-go

En esta semana continuamos disfrutando algunas de las series del estudio BONES, que desde mi punto de vista, es uno de los mejores estudios de animación japonesa de la actualidad.



   Luego de haber disfrutado series detectivescas del mismo estudio como Gosick, toca el turno a Un-go, una serie que juega con varios géneros al mismo tiempo. La historia nos pasea por las travesías de Shinjurou Yuki, alias el “detective fracasado”, a lado del misterioso Inga, un niño juguetón que guarda un gran secreto.

   Pero resulta que Shinjurou no es ningún detective fracasado, sino un investigador lógico deductivo brillante que tiene a su lado las más perfectas herramientas para resolver toda clase de crímenes y misterios. ¿La han visto? A diferencia de otras series, el detective busca a como dé lugar revelar la verdad. Sus dos ases bajo la manga para esa perfección detectivesca se concentran, por un lado, en Inga, un demonio que se alimenta de las verdades ocultas y que le sacará la verdad a quien sea al hacerle una pregunta, mientras que por el otro lado, un robot que puede infiltrarse en cualquier sistema y que puede revelar los secretos más encriptados.

   Sin embargo, que cada misterio dure uno o dos episodios precipita un poco las cosas. Mientras que en series como Death Note se dedican las dos temporadas para resolver el misterio de Kira, en esta serie las cosas se resuelven rápidamente, forzando un poco las cosas y utilizando toda suerte de Deus ex machina para salir rápidamente de cualquier embrollo y complicación.

   Una de las cosas que sobresale es la mezcla de géneros. Si bien la serie es heredera de los cuentos policiacos, la idea de que exista un ser sobrenatural y un robot como compañeros del detective le da a la serie un extraño aunque agradable toque policíaco, fantástico y de ciencia ficción, no obstante, a veces es difícil creer que existe un detective que tiene todos los elementos para ganar siempre al grado de ser perfecto e invencible.

   No se pierdan el final de la serie. Y si quedan un tanto desconcertados por el origen de Inga, el capítulo 0 (prácticamente la única OVA de la serie) clarifica algunos huecos de la trama. Tampoco se pierdan las ocasiones en las que Inga devela las verdades secretas de las personas o cómo Betenou, otro ser sobrenatural de la serie, consigue que las palabras de las personas se conviertan en ilusiones muy reales que jugarán un papel interesante en la historia.





miércoles, 18 de junio de 2014

No. 6

Finalmente terminamos en la UNAM un semestre acalorado y lleno de adrenalina. Ya que las vacaciones se acercan y hay una cantidad menor de trabajo que llevar a cabo, es hora de disfrutar de la buena y fascinante animación japonesa. En esta ocasión tocó el turno a No. 6, serie curiosa y muy breve del ya gustado estudio BONES (Eureka Seven, Fullmetal Alchemist).



   La historia nos transporta a un mundo post-apocalíptico en el que sólo seis grandes ciudades se han alzado. Dichas urbes son prácticamente perfectas: hay toda clase de sistemas automatizados y cada quien tiene un trabajo digno. Sin embargo, lo que parece ser una gran utopía es en realidad una especie de escenario orwelliano en el que aquel que desafíe al sistema será castigado sin la menor piedad.

   Shion es un niño genio que un día oculta en su cuarto a Nezumi, un joven fugitivo. Debido a que Shion encubrió a un criminal, ya no podrá tener las ventajas que tenía como niño genio y estudioso. En unos años, el chico apenas y será empleado de un parque.

   En una de esas, Shion descubrirá que hay una especie de epidemia en la ciudad: hay personas infectadas con larvas de avispas, y una vez que este insecto sale del huésped, este último muere de inmediato.

   Shion quiere saber qué pasa, más debido a que ha expresado algunas dudas sobre el gobierno y el estilo de vida de No. 6 (como se conoce la ciudad), será arrestado y condenado a muerte. No obstante, gracias a una rápida intervención de Nezumi, el chico podrá escapar de la ciudad y conocer el mundo real.

   Shion descubrirá que fuera de la ciudad hay grandes pueblos con habitantes que buscan vivir al día. En colaboración con Nezumi, poco a poco irá descubriendo los secretos de No. 6 que al final lo llevarán a tratar de destruir aquella falsa utopía.

   La serie es heredera de innumerables historias en la literatura y el cine: una gran ciudad utópica, alguien que descubre la falsedad de esa ciudad y que se rebela para combatir ese sueño citadino.

   Como es común en muchas series de animación japonesa, la trama resulta ser una especie de rompecabezas que invitará al espectador a estar atento al desenlace. Por otra parte, el personaje principal, como muchos otros en estas series, es extremadamente nervioso y será quien sorpresivamente irá descubriendo la verdad. Sin embargo, el mismo personaje será quien tenga la fuerza al final para cambiar las cosas.

   Un aspecto interesante es la relación tan conflictiva entre Shion y Nezumi. Pese a que el segundo tiene un carácter mucho más fuerte, al final se destapará una historia de amor entre ambos que concluirá con un final ambiguo aunque tierno.


   En resumen, una serie muy breve y que funciona bien. Por mi parte hubiera gustado que los personajes hubiesen muerto como ocurre al final y no hubiesen sido revividos.