Mamoru Hosoda es hoy por hoy uno de los más reconocidos directores de anime a nivel mundial. Su reputación ha despegado luego de que sus películas hayan comenzado a presentarse en algunos de los festivales de cine más cotizados del mundo como el famoso Festival de Cannes. Y es que Hosoda se presenta como un director versátil y con propuesta, además de con un estilo de animación muy personal.
De acuerdo con
la investigadora Laura Montero Plata, una de nuestras máximas expertas de habla
hispana en el Studio Ghibli, Hosoda por derecho propio sería el sucesor de
Hayao Miyazaki. Desde finales de la década de los 70 ha recibido la inspiración
de directores como el propio Miyazaki o Rintaro, e incluso ha trabajado en Toei
Animation como en su momento los hicieran Hayao Miyazaki e Isao Takahata (dos
de los grandes directores de Ghibli, sin olvidar la sabia y brillante mente de
marketing para el estudio que ha sido Toshio Suzuki). Resulta interesante que
Hosoda fue elegido en su momento como el director de El Castillo Ambulante,
aunque por diferencias con la gente de Ghibli que nunca han sido completamente
aclaradas, tuvo que retirarse del proyecto y seguir tocando puertas.
El director que
ahora comentamos mostró su gran talento a principios de los años 2000 con
películas para las franquicias de Doraemon y One Peace. Gracias a ello, el
estudio Madhouse le dio su primera película de encargo con la que su carrera
como director se disparó de forma definitiva.
La chica que saltaba a través del tiempo (2006)
Si bien estamos ante una película de encargo, en esta
cinta ya se nota el estilo de animación propio de su director. Makoto Konno es una
estudiante que encuentra la forma para saltar en el tiempo hacia atrás y
corregir los eventos de su día a día. Pero en lugar de usar la habilidad para
mejores acciones, Makoto utiliza el viaje en el tiempo a su antojo para vivir
de nuevo sus experiencias cotidianas. Pronto, se dará cuenta de que está
alterando el tiempo de manera que se presentan consecuencias no esperadas que
pueden afectar a otros.
Una historia
fascinante que fue un éxito en su momento en Japón y que discute el problema de
las causas y efectos imposibles de vislumbrar si es que realmente existieran
los viajes en el tiempo. Ciencia ficción juvenil que no dejará indiferentes a
los fanáticos del anime.
Summer Wars (2009)
Hosoda llega ahora con su primera película autoral en la
que tiene mucho más control creativo. En esta segunda historia su estilo se
mantiene mientras que ofrece una trama más que actual: los riesgos de la
Inteligencia Artificial y nuestra excesiva actividad en el mundo virtual. Kenji
Koiso es un estudiante brillante y una especie de genio de las matemáticas y el
mundo digital. Invitado al cumpleaños de un familiar por Natsuki Shinohara, su
compañera de clase, de forma involuntaria, Kenji provoca un caos al dejar que
una IA se salga de control y colapse todos los sistemas, poniendo en riesgo
todo dispositivo conectado a Internet e incluso los sistemas de defensa en
Estados Unidos. Los dos protagonistas deberán actuar rápido antes de que sea
demasiado tarde.
De nueva cuenta
Hosoda entra en el terreno de la ciencia ficción, planteando los riesgos de la
automatización. Uno de los aspectos a destacar es la entrada al mundo virtual y
el uso de avatares, tan comunes hoy en día, pero que sobresalen en su animación
CGI y transportan al espectador a ese mundo digital que recién se estaba
generalizando cuando se estrenaba la cinta.
Wolf Children / Los niños lobo (2012)
La tercera película que comentamos es un drama familiar
con elementos fantásticos. Hana es una joven universitaria que se enamora de un
chico misterioso que resulta ser un hombre lobo. Conforme hagan su vida juntos,
una tragedia obligará a Hana a ser madre soltera y a criar a sus dos hijos,
quienes también pueden transformarse en lobo. Las dificultades de la crianza,
los cuidados para que los niños no sean descubiertos, así como el camino que
los niños tomarán una vez sean mayores transportan al espectador a una historia
conmovedora que reflexiona sobre la familia y los cambios en la vida.
La película
garantiza diversión pero también lágrimas a todo aquel espectador o espectadora
que se adentre de lleno en la historia. Un drama apto para todo público pero
con el toque muy personal de su director.
El niño y la Bestia (2015)
El director entra de lleno es la alta fantasía al contar
la historia de Ren, un huérfano de nueve años que es llevado al reino de las
Bestias para recibir entrenamiento. No obstante, Kumatetsu, su nuevo maestro,
tendrá toda clase de problemas para entrenar al chico mientras este se adapta
al nuevo mundo. En esta ocasión, Hosoda despliega toda su magia e incluso la
influencia de Miyazaki para meternos de lleno en una historia fantástica
visualmente abrumadora.
Pero la cinta no
solo se queda con lo visual, sino que explora las vivencias y los sentimientos
de Ren, su protagonista, en una búsqueda de identidad y de sentido en la vida.
Gran desarrollo de personajes y una historia muy a la Ghibli destacan para que
cualquier espectador se anime a buscarla.
Mirai (2018)
Mamoru Hosoda regresa al drama familiar con una historia
sencilla pero conmovedora que tiene como protagonista a Kun, un niño de 4 años
enojón y fanático de los trenes que lidia con sus emociones frente a la llegada
de su nueva hermanita. En clave real o imaginaria (el espectador debe decidir
la naturaleza del viaje), Kun hace un viaje a distintos momentos pasados y futuros
para lidiar con los cambios de la vida cotidiana. Las dificultades de la
paternidad, la llegada de un nuevo miembro de la familia, y la compleja
amalgama de emociones que los humanos vivimos en nuestras mentes son solo parte
de las temáticas que son tratadas en esta encantadora historia familiar con
toques de fantasía.
Si en algún
momento alguien nuevo llega a la vida del espectador, o alguien se va, esta
película es para quien se pregunte por la dificultad de lidiar con los cambios.
Belle (2021)
Para quien escribe estas breves líneas, esta película
muestra la madurez y el estilo cinematográfico alcanzado por su director. De
nueva cuenta estamos ante una historia de ciencia ficción en el que se
replantea de la famosa historia de La Bella y la Bestia pero, en esta ocasión,
mucho de ello ocurre en el mundo virtual. La cinta sigue a Suzu Naito, una
estudiante que perdió a su madre hace un tiempo. Para lidiar con el dolor, Suzu se conecta a un nuevo mundo virtual en donde descubre que puede recuperar
un talento que creía perdido.
Con un juego narrativo atractivo en donde la cámara
refuerza ciertas situaciones de los personajes, la historia delinea las
dificultades de la vida cotidiana, la pérdida de un familiar, la llegada del
amor, el reencuentro con uno mismo y el maltrato familiar. Como su historia más
redonda y lograda hasta el momento, Belle puede ser un buen punto de partida
para descubrir a Hosoda y disfrutar de su cine.
¿Será entonces
el sucesor de Miyazaki? Comparte una inspiración con este director y sus
películas comienzan a ser éxitos de taquilla y crítica, pero el famoso director
de Ghibli, creo, es irrepetible mientras que Hosoda ha encontrado su propio
estilo y camino como director.
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