Fin de semana para descansar de la pesada carga de tarea
que tenemos los estudiantes de la UNAM. En esta ocasión, seguimos disfrutando
de algunas películas que tenemos guardadas por ahí tal y como Bayonetta: Bloody Fate.
Bayonetta es una
bruja que ha despertado después de haber permanecido en una especie de sueño en
las profundidades de un lago. Han pasado 500 años y apenas tiene algunas
imágenes dispersas sobre lo que ha ocurrido en el pasado.
Como una gran
guerrera, esta mujer, bellamente dotada y visualmente hermosa, se dedica a pelear contra hordas de ángeles que amenazan con destruir
el mundo para crear un nuevo orden. De entre sus armas, Bayonetta tiene el
apoyo de los demonios del infierno, a quienes controla de tal forma que puede
derrotar a todo ángel que se le ponga enfrente.
Esta es parte de
la idea principal. Hay que mencionar que
la animación es portentosa. Las escenas de acción y las batallas
está realizadas con gran detalle, a ojo de buen artesano, convirtiendo a la
peli en un espectáculo visual realmente delicioso.
Llama la
atención la idea de que los ángeles son los malos de la historia. Si bien esta
idea ya ha sido usada en otras historias, aquí sorprende el diseño de estos seres celestiales que pueden asustar a
más de uno tal y como perturba a más de un personaje.
Pero el final de
la cinta también me hace pensar que la película es totalmente
desproporcionada. Pese a que hay batallas por doquier y de la forma más
alocada, la pelea final entre dos dioses es tan inmensa que debe
librarse en el espacio.
En definitiva, una
cinta sumamente entretenida y que no se detiene en ningún momento. Pese a lo
alocado de sus batallas y situaciones cumple su cometido y consigue
mantener al espectador aferrado a la butaca.
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