Últimamente me la he pasado chutándome algunas de las
fantásticas series que el estudio BONES cuenta en su repertorio. Y en esta
ocasión me ha tocado disfrutar de Darker than
Black, una serie seinen
(animación japonesa con una temática adulta) que cuenta con muchos atributos
para dejar a uno anclado en la televisión.
Hace unos diez
años, una extraña estructura conocida como La
puerta del infierno apareció en Tokyo. Tan extraño fenómeno estuvo
acompañado de la desaparición del cielo nocturno y la consecuente aparición de
ciertas personas con poderes especiales que conoceremos como los contratistas.
Hei es un
poderoso contratista que forma parte de un pequeño escuadrón que a su vez
trabaja para una organización secreta. Pese a que los contratistas son fríos y
calculadores, Hei cuenta con una personalidad muy humana que lo hace muy especial.
La trama en sí
se concentra en la lucha entre distintas organizaciones y sus contratistas para
tratar de tener acceso a los secretos de la puerta del infierno.
La historia
cuenta con una gran banda sonora y algunas situaciones chuscas que mantienen la
atención del espectador. Sin embargo, lo que más sobresale es la lucha entre
organizaciones secretas y las batallas cuerpo a cuerpo de cada uno de los
contratistas.
Pese a que la
historia no tiene la fuerza de series como Death
Note o Cowboy bebop, las
historias que se entrecruzan permiten que se consiga una serie lo
suficientemente interesante y construida. Sobresale la idea de que cada que un
contratista utiliza sus poderes tiene que pagar una retribución (tienen que
comer huevos cocidos, fumar, comer manzanas, etc.).
En definitiva,
una serie atractiva que juega con el secretismo y las conspiraciones de una
manera atractiva y amena. Es una serie fiel a sí misma, que nunca se vuelve
pretenciosa y que cumple su cometido.
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