jueves, 26 de junio de 2014

Agente paranoia

Hay veces en las que uno se encuentra con series que se alejan de los clásicos clichés de subgéneros como el shonen. Y más si uno se encuentra con un director de la talla de Satoshi Kon. Aparte de las pocas pero fabulosas películas de este gran creador, Agente Paranoia es su única serie en la que tuvo mayor espacio para explotar sus ideas.



   La trama nos pasea a través de distintas historias trágicas en las que sus personajes van llegando al límite: una dibujante que se encuentra en una crisis creativa, un niño popular al que bruscamente todo el mundo empieza a odiar, una mujer tranquila cuyo alter ego quiere tomar el control de su cuerpo, etc.

   Frente a las graves crisis que azotan a los personajes, el “chico del bat” es alguien que repentinamente aparece en patines y golpea en la cabeza a los personajes en los peores momentos. El golpe, a veces mortal, de alguna manera tiene como objeto liberar a las personas de sus terribles problemas. Aunque no todos lo aceptan: es fascinante la escena en la que una mujer, esposa de uno de los detectives que investiga los ataques, se niega a ser liberada.

   Uno de los buenos misterios es el chico del bat. El espectador creería al inicio que se trata de un simple justiciero, pero a la larga uno descubre que es más una especie de fantasma creado por el estrés de las sociedades contemporáneas altamente estresadas.

   Como es común en Satoshi Kon, la historia tiene un componente altamente dickiano: llega un momento en que los traumas de la imaginación y la realidad se entremezclan de tal manera que ya no es posible descubrir qué es real y qué no. Si bien este elemento en las historias de Kon ha sido explotado con lujo de detalle en sus películas (Perfect Blue, Millenium Actress, Paprika), en la serie se juega con el mismo de tal forma que al final la historia resulta realmente desconcertante.


   No se pierdan las primeras tres historias de la serie. Para quienes hayan seguido la filmografía del gran director David Lynch, muchos elementos de la trama resultarán conocidos. También no se pierdan el opening: aparte de ser una gran pieza de música electrónica, las escenas reflejan perfectamente la idea de la gente que es liberada sin importar la gravedad del problema que tengan. 



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