jueves, 24 de julio de 2014

Galaxy Express 999

Continuamos con el ciclo de animación japonesa explorando en esta ocasión algunas películas realizadas a finales de los 80’s y principios de esa década. En esta ocasión ha tocado el turno a Galaxy Express 999. El resumen de la página web de la Cineteca Nacional dice:

  “En un futuro donde los humanos aprendieron a transferir sus mentes a cuerpos robóticos, otorgándoles así la inmortalidad, el joven Tetsuro se convierte en un delincuente callejero después de que el conde Mecha asesinara a su madre. El gran anhelo de Tetsuro es obtener algún día suficiente dinero para abordar el Galaxy Express 999, un tren que tiene como destino final un planeta donde los cuerpos mecánicos son ofrecidos de forma gratuita”.



   Lo primero que llama la atención es que esta cinta es un resumen de la serie del mismo nombre que consta de 113 episodios. No sé qué piensen ustedes, pero resumir tal cantidad de episodios en dos horas podría ser un buen ejemplo de cómo comprimir o resumir largas historias dejando solamente los mejores elementos de la historia.

   Por otra parte, su uno hace caso omiso de la extensa serie, la cinta juega con falsos finales que por momentos pueden resultar confusos. Hay un momento en donde Tetsuro consigue vengar a su madre, mas lo que parecería ser el final de la película en realidad sólo es la conclusión de una de las varias secciones en las que está dividida esta producción.

   Un aspecto interesante, aunque ya manejado en la literatura, es la idea de que la moda en el distante futuro de la cinta consiste en abandonar el cuerpo humano para conseguirse uno robótico y así alcanzar la inmortalidad. Pese a que esta práctica puede estremecer a más de uno, la trama juega con un aspecto moral derivado del uso de los robots: la pérdida de lo humano y la adquisición de una identidad artificial y vacía.

   Como muchos finales de películas de animación japonesa, todo se lo carga el carajo. Es decir, al final los buenos ganan no sin antes que se desaten toda suerte de explosiones tras explosiones.


   En definitiva, una película muy movida e interesante que invita al espectador a acercarse a la serie original, a las películas, OVAs, Spin-offs, etc.


miércoles, 23 de julio de 2014

El gato con botas

Iniciamos esta semana con más películas del ciclo “Anime. La animación japonesa de posguerra”. En esta ocasión, la Cineteca Nacional ha ofrecido un panorama interesante de la animación en Japón durante la década de los 60’s. El gato con botas es la cinta que en esta ocasión nos ha tocado disfrutar. Primero lean el resumen:

“Pero es un gato con botas que ha sido condenado a muerte por ayudar a un ratón. En su huida del Clan de los Gatos, conoce a Pierre, un joven de buen corazón, al que sus egoístas hermanos obligan a irse de casa para quedarse con su herencia. Juntos emprenden el camino hasta que conocen a la princesa Rosa, a quien tendrán que salvar de casarse con el ogro Lucifer. El éxito de la película fue tal que su personaje principal se convirtió en la imagen corporativa de la compañía de anime Toei Animation”.



   Y precisamente la cinta es divertida y entrañable. Pero, así se llama el gato con botas, es acusado de ayudar a un ratón y condenado a la horca. Sin embargo, es inteligente y astuto y no dejará que la vida se le vaya. En su huida, tres gatos serán los encargados de capturarlo a como dé lugar.

   En su escape, Pero conoce a Pierre, un niño cuyos hermanos le arrebatan la herencia paterna. Tratando de ayudarlo, el gato con botas descubre que el rey de la comarca quiere casar a su hija y se encarga de que Pierre, humilde hijo de un campesino, se haga pasar por un acaudalado marqués. Con ayuda de toda una pandilla de ratones, el gato inclinará las cosas a favor del chico para que este abandone la pobreza y encuentre el amor.

   Pero el ogro Lucifer, lleno de ambición y de poder mágico, deseará casarse con la princesa a cualquier costo y no dejará que nadie se interponga en su camino.

   La cinta es entrañable, muy movida y divertida. Las constantes y eternas luchas de los tres gatos con Pero harán que más de uno se muera de la risa. Del mismo modo, la pandilla de ratones que ayudan al gato con botas le darán un peso importante a la trama. Todo está lleno de peleas con espada y magia, de persecuciones chuscas al por mayor. Incluso el humor utilizado en la cinta es sofisticado y encantará no sólo a los niños, sino también a jóvenes y adultos.

   En resumen, una película sumamente entretenida, inteligente y divertida que garantiza hora y media de carcajadas.




lunes, 21 de julio de 2014

La gran aventura de Horus, príncipe del Sol

La segunda cinta de animación japonesa que he tenido la oportunidad de ver el domingo 20 de julio en la Cineteca Nacional es La gran aventura de Horus, príncipe del Sol. El resumen de la cinta, desde la página web de la cineteca, dice lo siguiente:

“Ambientada en el norte de Europa durante la Edad del Hierro, la historia narra cómo el valiente y joven Horus cumple con la última voluntad de su difunto padre: buscar y defender el pueblo que años atrás fue arrasado por el demonio Grunwald. Sólo la espada del Sol podrá acabar con el demonio y para ello necesitará la ayuda de los hombres del pueblo. Primera película dirigida por Isao Takahata, que además contó con Hayao Miyazaki como parte del equipo de animación”.



   La película es un adelanto de las producciones que en unos años se llevarían a cabo en el famosísimo Studio Ghibli. Isao Takahata, con el apoyo de Hayao Miyazaki, construye un personaje juvenil que ya veremos en futuras producciones: un chico con una energía gigantesca y una fuerza extraordinaria que, pese a las adversidades, tiene la capacidad para inclinar la balanza y salvar el día. Dicha idea incluso ya la vimos en la primera serie dirigida por Miyazaki en 1978: Conan, el niño del futuro.

   Aunque me parece que la cinta presenta algunos elementos inspirados en las producciones occidentales (se ha dicho incluso que Miyazaki tiene un componente muy anglosajón o europeo en sus producciones). En esta línea, la historia nos habla de un héroe que llega para cambiar las cosas, de un aliado del villano en turno que está en una especie de crisis, de un momento en el que el héroe pierde credibilidad frente a quienes ha salvado, y, finalmente, en la batalla final en la que un arma especial permitirá que Horus obtenga la victoria.

   En cuanto a la animación, la cinta es de 1968, más podemos observar que hay un trabajo elaborado en los trazos y dibujos que nos produce una especie de sentido de la maravilla frente a lo fantástico. Producciones posteriores de Takahata y Miyazaki explotarán con creces este elemento.

   La historia en sí en para niños y jóvenes, mas muchos adultos también disfrutarán de la misma. Hay escenas muy chuscas y personajes entrañables. También hay animales humanizados que fungirán como los grandes compañeros de los héroes (Una curiosidad es que la ardilla que aparece en la peli no tiene una voz agudizada como se acostumbra en occidente, aspecto que se agradece).


   En definitiva, una película juvenil que corre muy bien, tiene final feliz  y que dejará satisfechos a todos.




El conejo de cristal

Continuamos en la Cineteca Nacional con un domingo lleno de animación japonesa que se disfruta en la pantalla grande y con sala de cine abarrotada. En esta ocasión tocó el turno de El conejo de cristal, cinta que inauguró el ciclo de anime el pasado jueves 17 de julio de 2014.



   En el recinto cinéfilo, la peli es presentada así:

El conejo de cristal conmemora los sesenta años del lanzamiento de la bomba en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. A través de la historia de la familia Ei -hijos y esposa de un afamado artesano del cristal- se da cuenta de los trágicos acontecimientos que se desencadenaron después del ataque nuclear. La historia relata cómo la familia, al tratar de reunirse de nuevo, es víctima de la situación crítica del momento”.

   Nos encontramos con otra cinta antibelicista al más puro estilo aunque no superior a La tumba de las luciérnagas. Nuevamente tenemos a una familia con niños japoneses que se enfrentan a los bombardeos y a la pérdida de sus seres queridos.

   De una forma cruda, la cinta nos cuenta la historia de Toshiko, una niña que sufrirá toda clase de calamidades al por mayor. Por un lado, su ciudad natal está siendo bombardeada y al inicio perderá su casa, a su madre y a sus hermanas menores. Más adelante, otra tragedia ocurrirá agudizando y haciendo aún más trágicos los acontecimientos que va viviendo.

   Sin embargo, siempre hay algo de esperanza. Los hermanos de la niña han sobrevivido, y gracias a uno de ellos y a la ayuda de otros parientes, Toshiko podrá levantarse frente a las adversidades y seguir con su vida hasta llegar a la tercera edad.

   Un aspecto que considero interesante es que la explosión de las bombas atómicas apenas y se mencionan. Si bien tienen un efecto importante en la trama, los realizadores se han concentrado en el aspecto humano de la historia y han dejado de lado otros recursos que quizás desviarían un tanto la atención del espectador.

   También resalta la animación. Hecha completamente a mano y sin mayores florituras, la historia maneja un elemento antibélico utilizado en muchas ocasiones: la idea de que las guerras no deberían existir debido a que muchas de las víctimas son civiles inocentes que sufren, lloran y pierden a sus seres queridos.

   Y en esta línea, la película no sólo ofrece un panorama desolador sobre los bombardeos, las ciudades destruidas, la infancia arrebatada y la muerte, sino que también ofrece un vistazo de una nación japonesa devastada moral y psicológicamente en donde el nacionalismo que se lleva en las venas ha sido humillado.

   Así, la cinta, realizada por encargo, tiene un fuerte componente propagandístico que habla sobre los riesgos de la guerra y las decisiones de la nación japonesa para que un acontecimiento de este estilo no vuelva a ocurrir nunca.

   En resumen, una película de animación poderosa, triste, que ofrece un panorama sobre las víctimas de la guerra pero, a la vez, con una moraleja bonita aunque un tanto artificial.






domingo, 20 de julio de 2014

Las aventuras de Anju y Zushio

Mi segundo día de animación japonesa en la Cineteca Nacional ofrece sorpresas y sala abarrotada. Hay mucha gente realmente interesada en el anime, género visual de culto que está dirigido a un nicho muy específico que incluye a miles de fans.



   El resumen de la cinta, directo de la página del mencionado recinto cinéfilo, dice lo siguiente:

“Adaptación del cuento clásico El intendente Sansho, que ya había sido filmado en 1954 por Kenji Mizoguchi. Un ambicioso oficial que desea destruir a un honesto gobernador, ordena a sus secuaces que lo capturen junto a toda su familia. A pesar de sus intentos por huir, el gobernador es capturado y muere en prisión. Sus hijos tienen algo más de suerte: son vendidos como esclavos al intendente. Con ayuda de sus amigos, uno de los hijos tratará de recuperar las posesiones arrebatadas”.

   En el caso de la cinta de animación, poco sabemos sobre el gobernador capturado. La historia nos cuenta las peripecias y tribulaciones de la familia y, en especial, de los hijos del gobernante después de que un cruel y ambicioso oficial, al no poder casarse con la hija de éste, incendia una región del bosque que forma parte de los dominios del emperador. Buscando la venganza, el oficial inculpa al gobernador, quien es acusado y encarcelado. La familia no tiene opción mas que escapar.

   En el intento de la familia por llegar al emperador para apelar la sentencia, la esposa y los hijos son engañados y convertidos en esclavos. A partir de ahí, ocurrirán varias situaciones y desgracias: la venganza del oficial ha surtido efecto, y por más esfuerzos para liberarse y buscar que la familia se reencuentre, el daño está hecho.

   La cinta nos muestra una animación japonesa distinta de lo que observamos hoy en día. Los personajes no tienen ojos enormes, sino que presentan rasgos característicos de las pinturas de los japoneses antiguos, entre éstos, destaca la piel muy blanca y los ojos rasgados.

   La cinta nuevamente nos transporta a varios siglos en el Japón antiguo, cuando la magia estaba a la orden del día. Mas un aspecto realmente sobresaliente es el papel que la naturaleza tiene en la historia. He leído que personajes como Godzilla, si bien alguna vez formó parte de ese terrible estigma japonés referente a la bomba atómica, ahora representa a la naturaleza que busca mantener el orden frente a unas insignificantes e inefectivas hormigas conocidas como los humanos. Muchas de las invasiones de monstruos gigantes representan a la naturaleza que reacciona frente al orgullo y arrogancia de la humanidad.

   Y en la película que nos compete, la naturaleza reacciona de una y mil formas frente a la desgracia. Si bien actúa favorablemente frente a quienes sufren injusticias, su papel es reaccionar frente a la maldad del hombre.

   También podemos ver en la peli el papel de los animales humanizados. Pese a que gran parte de la historia tiene un tono agridulce, los pequeños personajes le dan un toque de inocencia y carisma infantil a la cinta, alegrando por momentos la amargura de las situaciones que viven los personajes.

   En definitiva, otra gran cinta con buena banda sonora, una animación maravillosa, artesanal  y bien hecha para la época.



sábado, 19 de julio de 2014

La guarida de la serpiente blanca

Este fin de semana iniciamos en la Cineteca Nacional con el ciclo “La animación japonesa de posguerra”, películas de animación japonesa de distintas épocas en las que el talento de los animadores de su tiempo sobresale por doquier. La guarida de la serpiente blanca, primera cinta que he visto del ciclo, es presentada por el mencionado recinto para cinéfilos así:

"La primera película de animación japonesa a color es una adaptación del cuento chino La leyenda de la serpiente blanca. La razón de utilizar una historia china era la reconciliación entre ambas naciones. Cuando era joven, Xu-Xian tenía como mascota a una serpiente blanca, pero sus padres lo obligaron a deshacerse de ella. Años más tarde, la serpiente se transformó mágicamente en la hermosa princesa Bai-Niang y se reencontró con Xu-Xian".



   Lo primero que sale a la vista es que la animación está muy bien hecha para 1958 (hay cintas de animación de los 80’s que no tienen semejante calidad). Los personajes están bien delineados y tienen tanto atractivo que el espectador, esperando apenas ver un clásico, se encuentra con una película muy interesante, bien contada y con grandes dosis de humor.

   La historia nos habla sobre los conflictos para encontrar al amor. Bai-Niang es una serpiente mágica, mas se enamora de un ser humano. Cuando la relación parece haberse consolidado, un brujo enemigo de toda clase de espíritus malignos aparece en escena para frustrar el noviazgo. Pero el brujo no es ni bueno ni malo, sino un enemigo de los espíritus un tanto cerrado que cree que todo ser sobrenatural es demoníaco. Sin embargo, a la larga, descubrirá lo contrario.

   Los animales en la cinta tienen un gran papel. Dos animalitos, amigos de Xu-Xian, harán lo imposible por ayudarlo e incluso pondrán en su lugar a una peligrosa pandilla de animales que se dedica a robar a los comerciantes. En esta parte, la cinta adquiere un valor infantil muy divertido y que hará reír a niños y no tan niños.

   La visión de una China tradicional también sobresale en la película. En un tono costumbrista, el espectador puede descubrir con gran detalle cómo era aquella sociedad antigua costera de comerciantes y cirqueros.

   No está de más resaltar que la banda sonora es de primer nivel al grado que transporta completamente al espectador a una China antigua. Del mismo modo, la trama es riquísima en situaciones, factor que garantizará que el espectador no se mueva de la butaca.

   En resumen, una cinta clásica de animación japonesa que homenajea a su vecino chino y encantará a chicos y grandes.





jueves, 17 de julio de 2014

Especial Studio Ghibli: “Ocean Waves / Puedo escuchar el mar”

Seguimos de vacaciones y dándonos escapadas ocasionales para disfrutar de todas las películas de Studio Ghibli. Y en esta ocasión toca el turno a Puedo escuchar el mar, una cinta que aunque no contó con la participación de Isao Takahata y Hayao Miyazaki, sí cuenta con la participación de creadores jóvenes que unieron todo su talento para contarnos una historia cotidiana pero llena de vida.



   Concebida para transmitirse en televisión, la cinta nos cuenta la historia de Rikako Muto, una chica con toda clase de virtudes pero que a la vez tiene dificultades para adaptarse. A su vez, Taku Morisaki es un chico que se fija casi al instante en Rikako y tratará de ayudarla en sus problemas cotidianos.

   Sin embargo, Rikako también es conflictiva y mete en problemas a su pretendiente secreto. Y en esta línea, la estrategia de Taku para que la pareja se libre de los conflictos tendrá un peso importante en la historia.

   La historia en sí es una telenovela muy relajada de apenas una hora y unos cuantos minutos. La historia de amor con final distinto está a la orden del día y las vivencias de los jóvenes universitarios formarán parte del resto de la trama.


   En resumen, una historia muy sencilla y entretenida que tiene un público muy específico: los adolescentes que están a punto de pasar a la etapa adulta.